El exmarine Trevor Reed, el 11 de marzo de 2020, en el juicio que acabó con su condena en Moscú.ALEXANDER NEMENOV (AFP)
En el peor momento de sus relaciones bilaterales en décadas, Estados Unidos y Rusia se han puesto de acuerdo en al menos una cosa. Las potencias han anunciado un intercambio de prisioneros, que permitirá la liberación del exmarine tejano Trevor Reed. Washington entrega a cambio al piloto ruso Konstantin Yaroshenko, que estaba en prisión en Estados Unidos desde 2011 acusado de tráfico de cocaína.
Reed fue detenido en 2019, durante una visita a Rusia para ver a su novia, a la que había conocido por internet a través de una web de citas. Días antes de regresar a casa, acudió a una fiesta en un parque a las afueras de Moscú. Según el relato de los testigos, Reed bebió demasiado vodka, y perdió el control, lo que hizo que llamaran a la policía. Se lo llevaron a comisaría, donde, tras un interrogatorio, fue acusado de asaltar y poner en peligro la vida de los dos agentes que lo habían llevado en el coche de patrulla. Tras pasar 11 meses detenido, fue condenado a nueve años de prisión, una pena excesiva, según sus abogados, cuya dureza solo podía achacarse a que los jueces rusos hubieran tenido en cuenta su pasado militar. Además, la familia del exmarine siempre ha sostenido que las acusaciones de Moscú contra él eran falsas.
“Trevor, exmarine estadounidense, es ahora un hombre libre”, ha dicho el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado. “Hice caso a las voces de los padres de Trevor, que estaban preocupados por su salud y lo extrañaban. Me ha encantado poder compartir con ellos las buenas noticias”. El secretario de Estado, Antony Blinken, también ha celebrado la liberación de Reed, “detenido injustamente en Rusia”, y ha recordado que su Departamento sigue “comprometido en garantizar la libertad de todos los ciudadanos estadounidenses” que se encuentran en la misma situación en países extranjeros.
La familia del exmarine ha confirmado su liberación en un comunicado en el que explican que sus planes son ahora concentrarse en “los muchos problemas de salud que le han acarreado las miserables condiciones a las que fue sometido en su gulag ruso”.
Maria Zakharova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores ruso, ha explicado que el intercambio, que recuerda a otros tiempos más propios de la Guerra Fría, ha llegado tras “una larga negociación”.
La última vez que Biden y el presidente ruso, Vladímir Putin, se vieron las caras fue el 15 de junio de 2021 en una cumbre en Ginebra. Allí, los casos de Reed y de otro exmarine estadounidense, Paul Whelan, que también cumple una pena en Rusia, estuvieron encima de la mesa, según afirmaron fuentes rusas, que señalaron el interés de Moscú en la liberación del traficante de armas Viktor Bout (conocido como El mercader de la muerte), condenado a 25 años de cárcel por la justicia estadounidense.
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Whelan sigue preso. Otro caso que preocupa en Washington es el de la baloncestista estadounidense Brittney Griner, una de las estrellas del equipo nacional. Fue detenida en febrero en algún punto sin especificar, tras aterrizar en el aeropuerto de Sheremetyevo, cerca de Moscú. Cuando los agentes aduaneros inspeccionaron su equipaje de mano, aseguraron haber encontrado “material para vapear y un líquido con un olor particular” que determinaron que era aceite de cannabis. La noticia se conoció a principios de marzo, poco más de una semana después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, que ha tensado la relación entre ambas potencias hasta niveles nunca vistos desde el fin de la Guerra Fría.
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