EL PAÍS

Estados Unidos detiene a otros cuatro hombres por el asesinato del presidente de Haití

Las autoridades de Estados Unidos han anunciado este martes la detención de cuatro hombres, presuntamente relacionados con el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en julio de 2021, en Puerto Príncipe. Con su captura son ya 11 los detenidos en EE UU por el caso, pero más de 50 en total, sumando los presuntos involucrados presos en Haití. A pesar de las detenciones, el caso sigue envuelto en brumas a año y medio del magnicidio, principalmente en la parte de la autoría intelectual.

Nación golpeada por la corrupción y la violencia, el asesinato del presidente Moïse ha marcado un antes y un después en Haití. En la madrugada del 7 de julio de 2021, exmilitares colombianos coordinados con mercenarios haitianos irrumpieron en la residencia del mandatario, en la zona alta de Puerto Príncipe. Doblegaron la resistencia de la guardia con facilidad, arrasaron la vivienda -se llevaron al parecer millones de dólares en efectivo- y asesinaron al presidente a balazos e hirieron a su mujer. Luego huyeron. Las detenciones no tardaron en llegar. Tampoco las preguntas sobre cómo un grupo de hombres armados había llegado con tanta facilidad al cuarto del presidente.

Entre las nuevas detenciones destacan las de Antonio Intriago y Arcángel Pretel, responsables de una empresa de seguridad del área metropolitana de Miami, CTU Security. Según la indagatoria, CTU se encargó de contratar a una veintena de exsoldados colombianos para el operativo, entre otras tareas. Según han reportado medios de EE UU este tiempo, principalmente The Miami Herald, el plan en un principio era secuestrar a Moïse y sacarlo del país, forzando así un cambio de Gobierno. En algún momento, el plan cambio. El asesinato de Moïse, que había iniciado su mandato en 2016, se convirtió en el principal objetivo.

Además de Intriago y Pretel, la justicia estadounidense ha puesto entre rejas a los financieros Walter Veintimilla y Frederick Bergmann, que habrían aportado dinero para la operación, además de ayudar en el envío de equipos a Haití para el comando de exsoldados colombianos. Como ocurre con algunos de los hombres previamente acusados, al menos uno de los nuevos fue informante de las fuerzas de seguridad de EE UU. Se trata de Arcángel Pretel, informante del FBI en el momento del asesinato de Moïse.

En cuanto al resto, hay para todos los gustos. El sistema carcelario del país norteamericano tiene en custodia a Emmanuel Sanon, médico, pastor y viejo líder político haitiano, que vivía a medio camino entre el país caribeño y Florida. Según los investigadores, Sanon habría sido el catalizador del complot, con la intención final de ocupar el lugar de Moïse. Capturado en Haití días después del asesinato, las autoridades lo extraditaron más tarde a Miami para ser juzgado.

Además de Sanon, están presos también un exsenador de Haití, John Joel Joseph, acusado de apoyar en la logística de la operación, los colombianos Germán Rivera y Miguel Ángel Palacios, parte del equipo de militares que habrían asesinado al presidente, y dos de los personajes principales de la trama, James Solages, haitiano americano reclutado por CTU para la ocasión, y Joseph Vincent, haitiano americano también y exinformante de la DEA.

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Según la indagatoria, uno y otro fueron parte del operativo sobre el terreno y sirvieron además de intermediarios con los dueños de CTU, caso de Intriago y Pretel. Vincent estuvo en Puerto Príncipe desde días antes del ataque, compartiendo tiempo con Rodolphe Jaar, otro de los detenidos en Estados Unidos, un traficante de droga que apoyó con armas y municiones la operación. Solages protagonizó por su parte una de las partes más enrevesadas del complot, que apunta además a la autoría intelectual.

Según han reportado el Herald y otros medios este tiempo, en algún momento de finales de junio de 2021, el operativo de secuestrar a Moïse y sacarlo del país falló. El avión que debía llegar a Puerto Príncipe para sacar al presidente del país no llegó. Solages viajó entonces a Miami con una carta de petición de apoyo a Intriago, supuestamente firmada por Wendelle Coq Thelot, jueza de la Corte de Casación, máximo tribunal del país, prometiendo inmunidad. Enfrentada con Moïse desde que este la destituyera de la Corte, Coq Thelot siempre ha dicho que la firma de esa carta no era la suya.

Mientras el caso avanza en EE UU, en Haití se encuentra totalmente paralizado. Más de 40 personas se encuentran en prisión por el asesinato de Moïse, entre ellos 18 exsoldados colombianos y otros tantos policías. La instrucción ha cambiado de manos cinco veces en este tiempo, sin que por ello haya habido avance alguno. Para Mary Rosy Auguste, parte del equipo de la Red Nacional por los Derechos Humanos en Haití, “si el caso se resuelve, no será en Haití. Y lo que pase en Estados Unidos no nos dará toda la verdad”.

Auguste menciona a dos personajes clave que, de momento, siguen libres. Se trata, primero, de Joseph Félix Badio, antiguo alto funcionario de la administración Moïse, que habría estado al tanto de la operación sobre el terreno. El otro es Dimitri Herard, jefe de seguridad de Palacio Nacional, que llegó a casa Moïse cuando ya se había consumado el asesinato. “Ellos sabían”, dice Auguste. “Es posible que algunos de los policías detenidos no supieran, o pensaran que solo lo iban a arrestar. Pero ellos, como Solanges, sabían”.

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