En su primer discurso del Estado de la Unión, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la liberación de 30 millones de barriles de petróleo de su reserva estratégica, como parte de un esfuerzo internacional para estabilizar el mercado tras la invasión de Rusia a Ucrania.
“Estados Unidos ha trabajado con otros 30 países para liberar 60 millones de barriles de petróleo de las reservas en todo el mundo. Estados Unidos liderará ese esfuerzo, liberando treinta millones de barriles de petróleo“, dijo Biden ante el Congreso, y aseguró que el país está “listo para hacer más, si es necesario”.
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La Agencia Internacional de Energía (AIE) informó en un comunicado que la decisión tomada por los miembros tiene como objetivo “enviar un mensaje unificado y fuerte a los mercados petroleros mundiales de que no habrá escasez de suministros”, como resultado del ataque de Rusia en contra de Ucrania.
Los ministros de la AIE señalaron que la invasión de Rusia se produce en un contexto de mercados petroleros mundiales ya ajustados, con mayor volatilidad de los precios, inventarios comerciales que se encuentran en su nivel más bajo desde 2014 y una capacidad limitada de los productores para proporcionar suministro adicional a corto plazo.
La Casa Blanca también declaró que el comunicado de la AIE representa un símbolo de solidaridad con el pueblo de Ucrania; “(es) otro ejemplo de socios de todo el mundo que condenan la invasión no provocada e injustificada de Rusia a Ucrania y trabajan juntos para abordar el impacto de la guerra de elección del presidente Putin”, manifestó Biden.
“Cuando se escriba la historia de esta era, la guerra de Putin en Ucrania habrá dejado a Rusia más débil y al resto del mundo más fuerte“, añadió Biden.
En medio de este contexto, el martes por la mañana, el crudo estadounidense subió 10% para colocarse en un máximo intradiario de 105.14 dólares por barril. El crudo Brent, la referencia mundial, se disparó alrededor de 8% a 105.40 dólares por barril.
Mañana, la AIE publicará un Plan de 10 puntos sobre cómo los países europeos pueden reducir su dependencia del suministro de gas ruso, para el próximo invierno.
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