El gobierno de Estados Unidos también procesará a Rafael Caro Quintero por dirigir presuntamente una red de fabricación y exportación de heroína, metanfetamina y marihuana desde México hacia su territorio, que generó millones de dólares en ganancias.
De acuerdo con la acusación presentada en el Tribunal de Distrito Este de Nueva York, “Caro Quintero también fue responsable del envío de cantidades de varias toneladas de cocaína desde América del Sur a través de América Central y México hasta los Estados Unidos”.
“La gran mayoría de la droga traficada por Caro Quintero fue exportada a los Estados Unidos, donde se consumía la droga. Caro Quintero usó la corrupción como medio y método para lograr sus fines”, señala.
La acusación presentada por el fiscal Robert L. Capers, apunta que el dinero producto de la venta de drogas fue triangulado a México mediante una operación de lavado de dinero y que una parte se transportó físicamente de forma clandestina.
Según la fiscalía, entre enero de 1980 y enero de 2017, Caro Quintero obtuvo más de 10 millones de dólares “durante uno o más períodos de doce meses” por actividades relacionadas con el narcotráfico.
Además, refiere que la estructura criminal presumiblemente encabezada por el sinaloense -a la que identifica como el Cártel de Caborca- estaba compuesta por varias personas, entre ellas personal de seguridad que participó en actos violentos como “asesinatos, agresiones, secuestros y actos de tortura” en su disputa con organizaciones rivales, así como para callar a posibles testigos de sus ilícitos.
Por esa razón, se le acusa de “conspiración para cometer asesinatos de personas que se consideraron una amenaza” en el periodo referido.
Caro Quintero contaba con “jefes de plaza” en varios territorios, que ejecutaban las actividades de trasiego de drogas mediante vehículos de carga, barcos y aviones que cubrían rutas desde Colombia hasta Estados Unidos, pasando por México.
Rafael Caro Quintero, de 69 años de edad y quien fue detenido con fines de extradición el viernes pasado en Choix, Sinaloa por elementos de la Secretaría de Marina, era una de las personas más buscadas por Estados Unidos, que lo señala como autor intelectual y material de secuestro, tortura y homicidio del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, en febrero de 1985, en Guadalajara.
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