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Estados Unidos y Rusia se enfrentan en el Consejo de Seguridad de la ONU por la crisis de Ucrania

La embajadora de EE UU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, antes de la reunión del Consejo, este lunes en Nueva York.
La embajadora de EE UU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, antes de la reunión del Consejo, este lunes en Nueva York.ANDREW KELLY (REUTERS)

Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se han reunido este lunes a petición de Estados Unidos para dar una oportunidad diplomática a la crisis de Ucrania. Pero el diálogo se ha convertido en un nuevo cruce de acusaciones entre los principales antagonistas de la escalada de la tensión en el este de Europa, EE UU y Rusia, apenas 24 horas antes de que sus ministros de Exteriores, Antony Blinken y Serguéi Lavrov, aborden la crisis en una nueva conversación telefónica. Rusia ha tildado de farsa la convocatoria e intentado en vano impedir la reunión, con el apoyo de China. “Es un intento de engañar a la comunidad internacional y un ejemplo de diplomacia de megáfono”, ha dicho sobre la reunión el embajador ruso, Vassily Nebenzia. “Imaginen lo incómodos que estarían si tuviesen 100.000 soldados rusos a las puertas de su frontera”, ha replicado la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield. Incluso el presidente Joe Biden se ha pronunciado sobre la cita, reiterando la oferta de diálogo, pero advirtiendo de que Rusia afrontará “graves consecuencias inmediatas” si da un paso más.

EE UU y Rusia han vuelto a esgrimir sus opuestas visiones del conflicto: los estadounidenses, alertando de que la concentración de tropas en la frontera ucrania es la antesala de una invasión y acerca de sus “terribles consecuencias”; los rusos, tildando la convocatoria de escenificación de un caso fabricado por Occidente e instigado por Washington. La embajadora de EE UU ha acusado a Moscú de querer desplegar “30.000 militares” en Bielorrusia, que también comparte frontera con Ucrania. “Tenemos pruebas de que Rusia tiene intención de incrementar su presencia en Bielorrusia, cerca de la frontera con Ucrania, a primeros de febrero. Estarán a menos de dos horas de Kiev”, denunció. Actualmente, Rusia tiene en el país vecino y aliado unos 5.000 soldados, entre ellos fuerzas especiales, misiles y baterías antiaéreas. “El despliegue de más de 100.000 tropas en la frontera [de Rusia] con Ucrania es una amenaza a la seguridad internacional y a la Carta de la ONU”, recordó la diplomática.

Prueba de que la reunión número 8.960 del Consejo de Seguridad no era una más, el presidente Joe Biden se ha pronunciado sobre la convocatoria mediante un comunicado. “EE UU ha presentado en detalle la naturaleza de la amenaza de Rusia a la soberanía e integridad territoriales de Ucrania. Y hemos dejado claras a la comunidad internacional todas las implicaciones de esa amenaza, no solo para Ucrania, también para los principios básicos de la Carta de la ONU y el orden internacional. Si Rusia es sincera acerca de abordar nuestras respectivas preocupaciones de seguridad a través del diálogo, EE UU y nuestros aliados y socios continuarán participando de buena fe. Si, en cambio, elige alejarse de la diplomacia y atacar Ucrania, asumirá la responsabilidad y enfrentará consecuencias rápidas y serias”, dijo Biden en referencia a la nueva batería de sanciones que ultima el Congreso de EE UU, en conformidad con otras previstas por los aliados europeos y de la OTAN.

“Continuaremos la vía del diálogo, haremos todo lo que esté en nuestra mano para desactivar esta crisis. No nos levantaremos de la mesa hasta que se resuelva”, ha reiterado Thomas-Greenfield, tras recordar la invasión y anexión de Crimea en 2014 y la guerra de Georgia en 2008 como ejemplos de acciones ofensivas -no reconocidas por Moscú como tales- de Rusia en el pasado; un argumento que también recogió el representante del Reino Unido. El discurso de la embajadora reprodujo pormenorizadamente las acusaciones de la Casa Blanca, y sus advertencias sobre un conflicto de “consecuencias devastadoras” en pérdida de vidas humanas si Ucrania es invadida. Los representantes de EE UU, el Reino Unido y Francia subrayaron la legítima soberanía de Ucrania, a la que Moscú considera parte de su esfera de influencia.

Las espadas han quedado aún más en alto en el momento de mayor tensión geopolítica que vive el mundo desde la Guerra Fría. No ha sido ninguna sorpresa, ya que los prolegómenos de la reunión no dejaban margen al optimismo. “Vamos a entrar en la sala dispuestos a escuchar, pero no vamos a dejarnos distraer por su propaganda”, avisó la víspera la embajadora en declaraciones a la cadena ABC, apuntando que Rusia probablemente intentaría bloquear la reunión del Consejo, algo que, pese a su poder de veto, no logró hacer: en una sesión de procedimiento, diez miembros votaron a favor de celebrarla. Rusia tuvo el apoyo de China, otro miembro permanente del Consejo, pero no fue suficiente.

Thomas-Greenfield había advertido el domingo: “Estaremos preparados para responder a toda desinformación que intenten difundir durante la reunión”. El organismo, reiteró, “está unido” frente al desafío de la distracción y la desinformación. En respuesta a sus declaraciones, el vicerrepresentante permanente de Rusia ante Naciones Unidas, Dmitry Polyanskiy, tuiteó este domingo que “parece que, según la embajadora estadounidense, el Consejo es un club de personas preocupadas a las que Estados Unidos les dice de qué deben preocuparse”. “¡Qué considerados nuestros amigos estadounidenses!”, se burlaba Polyanskiy en el tuit.

Ucrania, que no pertenece al Consejo de Seguridad, no tuvo voz directamente en la reunión. Kiev pidió el domingo al Kremlin la retirada de las tropas de la frontera y que mantuviera el diálogo con Occidente si “realmente” está dispuesto a reducir la tensión. Moscú ha incorporado como argumento las críticas del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acerca del “innecesario” alarmismo que generan las acusaciones de EE UU.

En Washington, el Congreso está cerca de lograr un acuerdo sobre un proyecto de ley que prevé nuevas sanciones económicas contra Rusia. El Pentágono advirtió el viernes de que la capacidad militar rusa en la frontera es total y le permitiría una invasión “de toda Ucrania”, con resultados demoledores “y una cantidad significativa de muertos”. “Putin no se detendrá en Ucrania”, manifestó el demócrata Bob Menendez, líder del comité de Exteriores del Senado, a la cadena CNN.

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