Queda definitivamente declarado el estado de euforia en Sacramento, tomada la ciudad de California por la absoluta locura que han traído los Kings.
Para Sacramento ya es esta temporada todo un éxito sólo el hecho de jugar unos playoffs de la NBA en los que los Kings no participaban desde 2006, asumiendo el deshonroso récord de ser durante más años seguidos el equipo del deporte profesional estadounidense que no accedía a una postemporada.
Pero la felicidad en la ciudad estalló definitivamente después de la victoria de anoche contra los Golden State Warriors en el primer encuentro de los playoffs. El entusiasmo se apoderó de una hinchada que abarrotaba los alrededores de la pista antes del encuentro, que no dejó de animar y hacer ruido durante el choque y que celebró por todo lo alto el triunfo sobre el campeón.
“Ha pasado mucho tiempo. Teníamos que hacerlo, teníamos que ganar, cada fan lo hizo”, advertía a gritos uno de esos aficionados, totalmente desfasado. El segundo partido se disputará en la madrugada del lunes al martes. Los Warriors tendrán que hacer frente a una apasionada hinchada que todavía estará más entusiasmada si no quieren ir a San Francisco con un 2-0 en contra.