Éste es el motivo por el que debes dormir con una almohada entre las piernas

El 17 de marzo, se celebró una nueva edición del Día Mundial del Sueño, una fecha en la que se recuerda lo fundamental de descansar bien por la noche. Para lograrlo, es indispensable tener en cuenta algunos trucos simples pero efectivos. Siempre que te cueste relajarte en la cama, en este artículo vamos a explicarte el motivo por el que debes dormir con una almohada entre las piernas.

El objetivo de tal hábito es conseguir que las horas de sueño realmente rindan, facilitando la recuperación de energía durante la noche. Muchas veces, la adopción de posturas inadecuadas atenta contra el descanso. Por eso es importante adoptar ciertas costumbres.

Los beneficios de dormir con una almohada entre las piernas

¿Por qué dormir es tan importante?

Durante las horas en las que nos «desconectamos», el organismo realiza algunas tareas de mantenimiento básicas para la salud. Relacionadas, éstas, con la regulación hormonal, el control de la temperatura interna y la actualización de los procesos cognitivos.

La regeneración de las células que favorecen y posibilitan esos procesos es imprescindible para que llevemos a cabo cualquier actividad. Cuando dormimos poco, o mal, la capacidad de respuesta frente a las obligaciones es menor y es probable que no podamos completarlas.

¿Cuál es la posición más recomendable?

De todas las posiciones en las que podemos dormir, es decir boca abajo, boca arriba o en posición fetal, la que tienden a aconsejar quienes estudian las problemáticas del sueño es la última. Aunque con la aclaración de que deberíamos inclinarnos siempre hacia el lado izquierdo. Esto tiene que ver con el reflujo gástrico. Al dejarnos caer hacia ese lado, la molesta acidez estomacal no nos afectará durante la noche.

Sin embargo, esto podría no ser suficiente, y por esto se recomienda incluir una almohada entre las piernas.

Beneficios de dormir con una almohada

El único inconveniente de la posición fetal es que la columna no mantiene la alineación natural, por lo que podría provocar dolores. Pensando en evitarlos, el colocar una almohada entre las piernas produce el mismo espacio natural que existe entre las extremidades.

La almohada, sobre todo si no es demasiado blanda, sostiene las piernas separadas e impide las rotaciones de la zona lumbar.

Algo parecido pasa con la cabeza. Una almohada no muy alta o dura, ni tampoco muy baja o suave, es clave para descansar bien. Alivianando la tensión del cuello, reduce las posibilidades de que una flexión a lo largo de la noche derive en una contractura cervical.


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