Examen a la tropa

La Real cruza los dedos antes de conocer los resultados de las pruebas PCR y serológicas a las que fueron sometidos ayer cerca de 80 profesionales del club, entre futbolistas, miembros del cuerpo técnico y demás empleados relacionados con la actividad del primer equipo. La elevada cifra de positivos conocida en los últimos días, desde que los clubs de Primera han ido regresando paulatinamente a los entrenamientos, obliga a los galenos txuri urdin a mantener la cautela propia de un escenario en el que en absoluto se puede descartar que alguno de los empleados que fue ayer examinado sea positivo.

Desde primera hora de la mañana, el personal que tendrá que acceder a Zubieta con motivo del inicio de la pretemporada de la Real fue acudiendo a Zubieta. Con Imanol
Alguacil al frente de todos ellos, los futbolistas fueron llegando en sus propios vehículos, la mayoría de ellos protegidos con mascarillas incluso en el interior del coche. Las pruebas médicas, en cualquier caso, no se circunscribieron a jugadores y entrenadores, sino que se extendieron al personal del club relacionado con ellos y cuya presencia será habitual a partir de ahora en Zubieta. Comenzando por el director de fútbol, Roberto
Olabe, y sus ayudantes, hasta el último de los utilleros, pasando por médicos, empleados de prensa o cocinero, hasta cerca de 80 profesionales del club fueron examinados con el objetivo de radiografiar al detalle el mapa médico de la primera plantilla de la Real en el reinicio de los entrenamientos.

Un laboratorio externo

La revisión médica no consistió únicamente en los conocidos PCR sino que también les extrajeron sangre para efectuar la serología pertinente que permita diagnosticar si ya han pasado el COVID-19 y comprobar si su organismo ha generado los correspondientes anticuerpos. Los futbolistas y técnicos del primer equipo fueron los más madrugadores, pero los exámenes se prolongaron durante buena parte de la mañana, lo que también retrasó la entrega de las muestras al laboratorio designado por la LaLiga, que será el que analice las mismas.

La Real, por todo ello, recibirá previsiblemente hoy por la mañana los resultados definitivos. El laboratorio al que hay que enviar las muestras es de fuera de Gipuzkoa y, por tanto, eso también retrasa un poco los informes. Con los resultados en la mano, la obligación del doctor de la Real, Javier
Barrera, es informar primero al empleado que haya dado positivo y, si éste da su permiso, a determinadas personas del club. A partir de ahí, sería el propio futbolista y el club quienes gestionarían la información. La Real informó de forma transparente cuando Remiro dio positivo en los análisis de mayo. El laboratorio que analiza las muestras, por su parte, es quien se encarga de informar directamente a la Liga de Fútbol Profesional.

El proceder de la mayoría de los clubs de Primera en las últimas horas está siendo informar de cuántos positivos se han detectado en sus filas, si bien la mayoría no especifica si se trata de jugadores, técnicos u otro tipo de empleados. Ha habido casos de futbolistas, como el de Iñaki
Williams, que se apresuraron a dar a conocer a través de sus perfiles en las redes sociales cuál era su situación médica.

Villarreal o Betis fueron los últimos clubs, ayer mismo, en informar de nuevos positivos. Parece difícil que la Real escape de una tendencia que es global en todos los equipos de Primera División.


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