Expediente Jovic


El Real Madrid sigue creciendo partido a partido mientras Zinedine Zidane contempla los progresos de los suyos desde la banda con prudente satisfacción. “Veo muchas cosas positivas y estamos trabajando muy bien, hay que seguir así porque queda mucho”, viene repitiendo el entrenador francés en casi cada rueda de prensa desde hace semanas, cuando su equipo empezó a coger velocidad de crucero. El conjunto blanco no pierde desde el 19 de octubre y, a la espera de lo que ocurra en la Champions con el City, camina con paso firme en la Liga y en la Copa.



Pasan los partidos y el Real Madrid no afloja, impulsado por la inercia ganadora en la que parece estar instalado. La defensa sigue siendo infranqueable con independencia de quién ocupe la portería y los menos habituales (caso de James, Nacho, Militao, Vinicius, Brahim o Lucas) exprimen las oportunidades que les brinda el técnico, algo que agradece el Madrid, que parece una máquina bien engrasada juegue quien juegue. “Todos trabajan para el equipo y eso no tiene precio para un entrenador”, insistió Zidane tras el choque en La Romareda, donde un Madrid sin alardes echó mano de su versión más sobria y eficaz para eliminar un Zaragoza peleón pero con la mente centrada en el objetivo del ascenso.

Jovic, el borrón

Sin embargo, la ristra de buenas noticias que cosechó el Madrid este miércoles quedó empañada por otra actuación nefasta de Luka Jovic, sin duda la gran patata caliente que debe gestionar Zinedine Zidane en este tramo de la temporada. El delantero serbio solo ha sumado un tanto este curso en 21 partidos (749 minutos) y no marca desde hace 91 días, cuando anotó el 5-0 en la goleada al Leganés el 30 de octubre.

La visita a un rival de inferior categoría y los tantos de Varane (5’) y Lucas (30’) que encarrilaban la eliminatoria en el primer tiempo parecían allanar el camino de Jovic para redimirse, pero ni por esas. Después de dejar destellos interesantes en la Supercopa de España sustituyendo al Benzema, el choque contra el Zaragoza evidenció que el jugador tiene problemas de adaptación, algo que reconoció Zidane en rueda de prensa: “Es joven, acaba de llegar y lo bueno es que está en un equipo en el que hay muchos jugadores importantes y se tiene que adaptar”, apuntó el entrenador francés que, como el club, espera su suerte cambie en cuanto vuelva a marcar.

Datos tremendos

Sin presencia en el área ni capacidad para asociarse con sus compañeros, Jovic completó un partido prácticamente invisible: no remató ni una sola vez a puerta en los 73 minutos que estuvo sobre el terreno, no regateó y solo dio 7 pases buenos, dos menos que Benzema en 13 minutos (9); además perdió 5 balones (solo recuperó uno), se fue sin sufrir ni hacer ninguna falta y dio los mismos toques al balón (16) que Benzema y Brahim.

Ni siquiera el buen tono mostrado por todo equipo sirvió para el jugador balcánico se sumara a la fiesta. Sí lo hicieron Vinicius, que se dio una tregua con su eterna pelea con el gol, y Benzema, que puso fin a una sequía que se prolongaba desde el 15 de diciembre.

En el Madrid lanzado de Zinedine Zidane, Jovic es la pieza que chirría. Con 21 años y fichado por 60 millones de euros, el delantero serbio es la gran cuenta pendiente de Zidane. El tren del Madrid no espera a nadie.


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