explica el motivo por el que dejó solo a Enrique Ponce

Ana Soria sigue viviendo el lado menos bueno de estar saliendo con un personaje público. La joven ha acudido este fin de semana a Granada para ver torear en directo a Enrique Ponce, una presencia que resultó sorpresiva después de llevar varias semanas sin presenciar una faena. Se dijo que la almeriense le había cogido miedo y que pasaba muchos nervios viendo al valenciano en acción, sobre todo después de la cogida que sufrió en el Puerto de Santa María hace un mes y medio.

Ana Soria
Ana Soria da la mano a Enrique Ponce durante el festejo taurino de Granada / Gtres

La estudiante de derecho reapareció en la ciudad nazarí y lo hizo no exenta de polémica, para variar. Tras saludar a su pareja y ver gran parte de la corrida en su asiento, Ana Soria sorprende a todos y deja su sitio para abandonar la plaza. ¿Por qué? El resto de aficionados no permanece ajeno a este movimiento de la joven, que ya empieza a ser muy conocida en todos los coliseos taurinos, y la mira con atención. Hay quien dijo que fue abucheada por un sector del público.

Consciente del revuelo ocasionado, Ana ha querido salir al paso de ciertas habladurías y ha explicado, bastante enfadada, en su Instagram la razón por la que ‘abandonó’ antes de tiempo a Enrique Ponce: «Ayer me fui de la plaza de toros de Granada porque me sentí mareada y decidí salirme. Todo lo demás es completamente inventado. La gente se mostró más que cariñosa conmigo. Nada de lo que han dicho es verdad».

Ana Soria
La almeriense explica el motivo de que se fuera antes de tiempo / Instagram: ana.soria7

Así las cosas, fue un problema de salud lo que impidió a Ana Soria quedarse hasta el final del festejo. Lo que está más que claro es que todos sus movimientos empiezan a mirarse con lupa. Esta polémica llega una semana después de que la pareja disfrutase de un romántico fin de semana en Francia. Aprovechando que el torero de Chiva faenaba allí, Ana le acompañó en el viaje. Tras la corrida celebraron el buen hacer de Ponce con una romántica cita para dos por las calles de Nimes. Situada en la Costa Azul, la ciudad está repleta de monumentos de la época romana, como el Puente del Gard, la Arena, el Maison Carrée o la Torre Magna a los que seguro Ana y Enrique hicieron una visita, convirtiendo así un viaje de trabajo en uno muy romántico.




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