Imanol prefiere no invertir su tiempo ni malgastar su ánimo en lloros por la pérdida de Sadiq Umar. Asume que ya no dispone ni de su ariete elegido al inicio, Alexander Isak, traspasado por 70 millones al Newcastle poco antes del cierre de mercado, ni del futbolista que vino a a sustituirle para llenar de goles el zurrón realista, un Sadiq que no volverá a vestirse la zamarra txuri urdin hasta la temporada que viene. Pero el entrenador tiene plena confianza en el poder goleador del cuarteto de delanteros que le quedan en la primera plantilla, a la espera de que se vayan recuperando Carlos Fernández y Mikel Oyarzabal, aunque no cuenta con ellos ni a corto ni a medio plazo.
Alexander Sorloth, Momo Cho, Take Kubo y Jon Karrikaburu, más Barrenetxea cuando se recupere aunque su especialidad no es el gol, son los llamados a hacer olvidar las ausencias y a devolver pólvora a un ataque realista sediento de ‘txitxarros’ desde la pasada temporada. Al oriotarra le quedan dos arietes en la actual tesitura y uno de ellos porta el dorsal ‘33’.
Karrikaburu: el gol en la sangre
Y es que la Real tiene a un delantero centro goleador en la plantilla. Se llama Jon Karrikaburu, la semana que viene cumple 20 años y ha acreditado en todas las categorías su instinto depredador, que es que lo que le falta a la Real. Al baztandarra le sobra gol -10 marcó el año pasado en Segunda- y le faltan experiencia en la elite, una condición física más óptima para jugar en Primera y Europa -esto lo va puliendo- y oportunidades. Pero éstas últimas le pueden llegar ahora porque la lesión de Sadiq le reabre la puerta del equipo. Participó en todos los partidos antes de la llegada del africano y sólo volvió al césped después de romperse en Getafe.
El canterano todavía no ha sido titular en el primer equipo. A Imanol le queda esa bala en la recámara del gol: testar a ‘Karrika’ en su 4-4-2, acompañado de otro punta, y desde el inicio. Quizá es la ocasión que el navarro lleva esperando toda la vida para explotar.
Sorloth: la pasión del técnico
Por su parte, el oriotarra conserva una fe inquebrantable en las capacidades de Sorloth. No ha empezado bien el curso, al igual que hace un año, pero el pasado lo terminó a lo grande, siendo el atacante predilecto del técnico por encima de Isak. Le falta un poco de chispa por una preparación interrumpida por lesiones, pero está adaptado al grupo y a la Liga y se le ve feliz de enfundarse la txuri urdin. La pasada temporada, ya como titular indiscutible, anotó dos goles en los últimos cinco partidos de la temporada.
Cho y Kubo, sensaciones
Y luego está Cho, que no tiene techo. La afición de la Real le ha visto dar dos asistencias, no parar de desbordar, presionar como un gudari y correr como una gacela. Es el segundo jugador de la Liga que más ‘grandes ocasiones’ genera (esto también se mide). Le falta marcar.
El que no tardó nada en hacerlo fue Take Kubo, el japonés recién llegado que parece que lleve un lustro en la Real. En su caso, puede jugar de segundo punta -como Cho– o de mediapunta, reemplazando a Silva. Marcó en Cádiz y ha merodeado el gol con asiduidad.
Lo más curioso es que hasta la fecha cinco de los seis goles anotados en los seis partidos oficiales (cifra exigua) los han firmado los nuevos fichajes: tres Brais, uno Kubo y otro Sadiq. El de Isak fue la excepción.