Ferrari tiñe de rojo Milán antes del asalto a Monza

Para comprender lo que significa Ferrari para los italianos tan solo hay que ver lo sucedido este jueves en la Piazza del Duomo de Milán. Ante la majestuosa catedral y la belleza de la Galleria Vittorio Emanuele II, el conjunto italiano celebró ayer el inicio de la gran fiesta de su 90 aniversario, aquella que espera que acabe con un doblete rojo el domingo ante los ‘tifosi’ ferraristas, en su casa, en Monza, a pocos kilómetros de su cuartel general de Maranello. De momento, ayer, más de 12000 personas llenaron hasta la bandera este histórico emplazamiento. Por unos momentos, Milán dejó de ser la ciudad de la moda y el diseño para convertirse en el centro neurálgico de una pasión que no entiende de crisis. Y es que pese al difícil momento que está pasando la escudería del ‘Cavallino Rampante’, que no gana un título de pilotos desde el de Raikkonen en 2007, y que este año tan solo ha conseguido un triunfo ante la hegemonía de Mercedes, los ‘tifosi’ siguen siendo fieles a su equipo del alma. Es un sentimiento. Visto por los ciudadanos del país de la bota como el conjunto de su nación, algo así como la selección nacional de fútbol. Y es que como ya pudo palpar MD el pasado año visitando Maranello
, la afición sigue esperanzada en que Ferrari vuelva a dominar en un futuro cercano la Fórmula 1. Con fe, por necesidad, porque es lo que necesita el pueblo y todo un estado.



12.000 personas llenaron la Piazza del Duomo
12.000 personas llenaron la Piazza del Duomo

Así, con ese sentimiento, Ferrari empezó a lo grande los actos de su 90 aniversario. Lo hizo con un acto multitudinario en el que acudieron muchos de los pilotos históricos de la escudería. Incluso estuvo Mick Schumacher, actual piloto de la academia de jóvenes talentos de Ferrari, que de alguna manera, hacía sentir a Michael presente junto a la que fue su familia. Otro gran ausente fue Fernando Alonso, que había realizado en los últimos días un test de preparación para el Dakar con Toyota en Polonia, aunque sí estará este fin de semana en Monza junto a McLaren. Curiosamente, el último ferrarista que ganó en el Autódromo italiano fue Fernando, algo que parecieron no recordar en el conjunto a la hora de crear el cartel conmemorativo de dicha fiesta, en la que el asturiano es la gran cara ausente entre un sinfín de estrellas.

Sebastian Vettel saluda a los tifosi de Ferrari
Sebastian Vettel saluda a los tifosi de Ferrari

Ahora, la estructura liderada por Mattia Binotto espera poder confirmar en Monza este fin de semana las buenas sensaciones obtenidas en Spa, donde dominaron con Leclerc para obtener su primer triunfo del año, el primero desde Austin 2018 con Kimi Raikkonen. El coche rojo es el más rápido en recta y eso fue clave para que el monegasco se impusiera en Bélgica, algo que no pudo aprovechar Vettel, terminando cuarto por detrás de los Mercedes. Y unos días después, la afición ya le pedía a gritos a sus dos pilotos un doblete. Charles parece estar por la labora, y habrá que ver si Vettel por fin logra despertar en un trazado en el que precisamente el pasado año realizó el error definitivo que le alejó del Mundial.

Leclerc, Binotto y Vettel, en la Piazza del Duomo
Leclerc, Binotto y Vettel, en la Piazza del Duomo

Hace un año, Ferrari se las prometía muy felices. Llegaba a Monza tras ganar en Spa con ‘Seb’ y en Italia ya decían que el coche italiano y el talento alemán eran favoritos para hacerse con el título ante Hamilton y Mercedes. Pero con la pole de Raikkonen y la segunda posición de Vettel fueron gestionadas de forma desastrosa por los pilotos y por el equipo, algo que fue aprovechado por Hamilton para pasar al teutón en la primera vuelta y ver como ‘Seb’ cometía un trompo que le alejaría definitivamente de la corona. Lo que podía ser un doblete, se convirtió en una pesadilla para los italianos, que esperan que un año después por fin puedan celebrar una primera y segunda posición roja en el podio de Monza, con una recta principal llena de banderas, gorras y humo rojo. Por lo menos, una satisfacción en un curso para olvidar. Un oasis en el desierto antes de que Mercedes y Hamilton se dirijan hacia otro campeonato más en sus vitrinas.


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