Con el billete a octavos asegurado, Francia busca cerrar la fase de grupos del Mundial de Qatar de forma inmaculada, el pase perfecto para dejar bien claro que es firme aspirante al título. Enfrente tendrá a Túnez, que necesita imperiosamente la victoria y saldrá a por todas.
La campeona del mundo tiene prácticamente garantizado ya el primer puesto salvo sorpresa mayúscula, es decir, que pierda contra Túnez y que Australia golee a Dinamarca en el otro partido del grupo D.
La llegada de Benzema sigue en el aire, aunque el técnico ya dejó patente que en estos momentos ni se lo plantea: “No es lo que me ocupa ahora. Conocéis su situación y el tiempo que necesita para recuperarse”, destacó. “Conocéis su situación y sus plazos de restablecimiento. Yo aquí tengo 24 jugadores y bastante tengo con ocuparme de ellos”, señaló el seleccionador. Cabe recordar que una lesión en el cuádriceps izquierdo durante el entrenamiento tres días antes del debut de Francia obligó al jugador a abandonar la competición y trasladarse a Madrid.
Para este partido intrascendente, el seleccionador Didier Deschamps se debate entre dar descanso a sus teóricos titulares o permitir a algunos de ellos agrandar sus números. El caso más claro es el de Kylian Mbappé, quien busca romper récords en esta Copa del Mundo. “Físicamente va bien, no hay que cuidarlo, el problema sería su ego. Kylian no tiene ego, es un jugador importante y decisivo, pero siempre se inscribe en un marco colectivo”, aclaró.
Todo apunta a que el técnico hará rotaciones en el equipo. De entrada, podría haber cambios en la portería, con la entrada del veterano Steve Mandanda, aunque Hugo Lloris aspira a convertirse en el jugador con más partidos internacionales igualado con Lilian Thuram. También Mbappé y Antoine Griezmann serían de entrada titulares. Una de las novedades puede ser que Eduardo Camavinga ocupe el lateral izquierdo, junto a la de Theo Hernández, tras la lesión de su hermano Lucas.
Previa entre Túnez y Francia
A por siete victorias seguidas
Deschamps no quiere relajación para una selección que persigue su séptima victoria mundialista consecutiva, su mejor racha histórica, lo que le igualaría a la Italia de los años 30.
Túnez, por su parte, busca precisamente encontrarse con una campeona menos enchufada para conseguir su primer pase a octavos de final, para lo que necesita, además del triunfo, que Australia y Dinamarca empaten o que los escandinavos venzan a los oceánicos por menos goles que ellos. Una carambola difícil pero que no es imposible.