Saber perder no es nada fácil. Francia, sin embargo, ha dado buena muestra de ello. En pleno proceso de digerir la derrota ante Argentina, la selección de Didier Deschamps ha decidido mantener en pie el encuentro de esta noche con sus aficionados a su llegada a París. La Plaza de la Concordia, donde se abre paso la imponente Avenida de los Campos Elíseos y escenario en el que se reunieron en 2006 tras perder la final del Mundial contra Italia, es el lugar elegido.
El presidente de la Federación, Noël le Graët, anunció esta mañana que en principio iban a cancelar todos los planes que estaban previstos: “Los futbolistas llevan varias semanas concentrados y necesitan irse a casa a descansar. Están lógicamente agradecidos al público, pero me parece totalmente comprensible que no se realice un desfile por las principales calles de París”, apuntó el máximo mandatario francés en una entrevista a BFMTV.
Sin embargo, el equipo ha decidido hacer un último esfuerzo. Se espera que el avión desde Qatar aterrice en el aeropuerto de Roissy sobre las 20:30h y, como explicó anoche la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, está todo listo para que los futbolistas y el cuerpo técnico de Didier Deschamps haga el recorrido en autocar hasta el Hôtel de Crillon. Desde el balcón de este histórico lugar aprovecharán para saludar a los aficionados que quieran acercarse.
Será un acto sencillo y protocolario, sin alardes. Una forma elegante de agradecer el apoyo de los aficionados y decir adiós tras un mes de Mundial en el que a Francia se le escapó la opción de revalidarlo tras la tanda de penaltis en el estadio Lusail de Doha. Con el futuro de Deschamps en el aire, lo que no ofrece dudas es que a esta generación aún le queda mucha cuerda. Mbappé, cariacontecido ayer, ha asegurado hoy que volverá más fuerte. Francia no se rinde.