Frases del escritor Primo Levi en el día de su muerte

Un 11 de abril de 1987 muere el escritor y poeta Primo Levi. De origen judío fue superviviente del Holocausto. Por sus obras y su vida, le recordamos y rendimos homenaje con las mejores frases del escritor Primo Levi en el día de su muerte.

Estuvo prisionero meses en el campo de concentración de Monowice (Monowitz), subalterno del de Auschwitz y esto le llevó a escribir sobre este tema en sus obras.

El futuro de la humanidad es incierto, incluso en los países más prósperos, y se deteriora la calidad de vida, y sin embargo creo que lo que se está descubriendo sobre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño es suficiente para absolver a este fin del siglo y de milenio. Lo que unos pocos están adquiriendo en conocimiento del mundo físico tal vez hará que este periodo no sea juzgado como un retorno a la barbarie pura.

Un país es considerado tanto más civilizado, en cuanto la mayor sabiduría y eficiencia de sus leyes impiden a un hombre débil volverse demasiado débil y a un poderoso volverse también demasiado poderoso. frases del escritor Primo Levi en el día de su muerte

Un recuerdo evocado demasiado a menudo y expresado en forma de historia tiende a convertirse en un estereotipo… cristalizado, perfeccionado, adornado, instalándose en sí mismo en lugar de la memoria pura y dura, y creciendo a sus expensas.

Tened cuidado con las analogías: durante miles de años han corrompido la medicina, y pueden ser culpables de que los sistemas pedagógicos de hoy en día sean tan numerosos, y después de tres mil años de discusión, todavía no sabemos cuál es el mejor.

La unión entre un hombre y su profesión es similar a la que le une a su país, es justamente tan compleja, a menudo ambivalente, y en general se entiende completamente sólo cuando se rompe: por el exilio o la emigración en el caso de tu país, por la jubilación en el caso de tu oficio o profesión.

El oficio de químico reforzado en mi caso por la experiencia de Auschwitz nos enseña a superar, e incluso a ignorar, ciertas repugnancias que no tienen nada de necesario ni de congénito. La materia es materia, ni noble ni vil, con infinitas posibilidades.

Los monstruos existen pero son demasiado pocos para ser realmente peligroso; más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios dispuestos a creer y obedecer sin discutir…

Nosotros, los que sobrevivimos a los campos no somos testigos verdaderos. Nosotros somos los que, a través de la prevaricación, la habilidad o la suerte, nunca tocamos fondo. Los que estuvieron y vieron el rostro de la Gorgona, no regresaron, o regresaron.

No se puede decir: Nada es seguro, nada es probable, nada es honesto. Mejor errar por omisión que por comisión: mejor abstenerse de dirigir el destino de los demás, puesto que ya es bastante difícil conducir el de uno mismo.


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