Fede Valverde fue, junto a
Courtois
, el mejor jugador y el más decisivo del Real
Madrid en la final de la Supercopa. Sí, vale, le expulsaron con roja directa por una falta a
Morata para evitar una ocasión clara del Atleti, pero eso aunque a muchos no les guste, también es fútbol. Todos los que saben de este deporte no le ponen ni un ‘pero’ a lo que hizo Fede
Valverde en esa acción. No se lo ponen porque todos ellos, es decir jugadores y entrenadores, habrían hecho lo mismo en una final.
El debate de que Valverde es jugador del Real Madrid y por eso parece que tiene la bendición papal no cuela. No cuela porque todos los que ven correcta la acción del uruguayo también la hubiesen visto así fuese quien fuese el jugador. Empezando por
Simeone y acabando por
Zidane
, dos estilos contrapuestos como jugadores y entrenadores. Y es que a veces estaría bien dejarse de colores y escuchar a la gente de fútbol.
No es justo que
Valverde
haya sido escogido MVP de la final si fue por la acción de la falta sobre
Morata
. No me malentiendan. No digo que sea un acto denunciable, todo lo contrario. Todos los que hemos jugado a fútbol, y los que no también, lo habríamos hecho. No es justo porque simple y llanamente a excepción de esa acción Valverde no tuvo una actuación más destacada que jugadores como
Modric
,
Courtois
o
Oblak
. El fútbol no se puede medir en una sola acción. ¿Si Jovic hubiera marcado en el 90’ habría sido MVP? Tampoco habría tenido sentido. Los partidos se definen durante mucho tiempo. En el caso de la Supercopa, 120 minutos más una tanda de penaltis, sin ir más lejos. Por muy fundamental que fuera la falta, también falló un gol cantado. El resto del partido del uruguayo estuvo bien, pero sin tirar cohetes tampoco. Está claro que
Valverde
es el nuevo niño de los ojos del madridismo, pero sin pasarse.
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