Fernando Alonso estaba en ‘modo ataque’. El asturiano se había visto beneficiado por la entrada del ‘Safety Car’ cuando aún no había realizado su primera parada y era 9º tras la resalida. Cuando se reanudó la acción, superó con una goma media nueva a Gasly para ponerse 8º y acto seguido, fue a por Stroll. Pero ahí, sus opciones se quedaron en nada. El asturiano se accidentó con Stroll por culpa de un tardío movimiento del canadiense.
El español se puso a rebufo del canadiense en plena recta de atrás, y cuando se salió de la aspiración del canadiense para meterle el morro, llegando a colocarlo a la altura de la rueda trasera izquierda de Lance, el piloto de Aston Martin se movió a la izquierda y ello provocó un fuerte impacto.
El choque fue peligroso, porque fue en plena aceleración. El coche del asturiano incluso se levantó de la parte delantera y se mantuvo en el aire durante varios metros, cerca de las protecciones. Por suerte, ambos pilotos aseguraron que se encontraran bien, y el asturiano dejaba claro que Stroll “se movió muy tarde”. Alonso vio de nuevo como la mala suerte le podía quitar un buen puñado de puntos, aunque por suerte para él, pudo volver a boxes, cambiar el morro y salir de nuevo a pista, aunque ya en la 16ª plaza. Stroll, en cambio, se quedó parado en pista y tuvo que abandonar.
No obstante, lo que parecía imposible, el asturiano lo convirtió en realidad. Sacó la varita mágica y empezó el espectáculo: Fernando Alonso arreglaría las cosas con sus manos, imprimiendo un ritmo espectacular desde la cola para remontar hasta la sexta posición de forma magistral. Remontada épica. Finalmente, Norris, con goma más nueva, le pasó en el último giro y el español acabó la cita en la 7ª plaza.