Fusión ventajosa



La sede de Caixa Bank en la Avenida Diagonal de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI / EL PAÍSSopesadas ventajas e inconvenientes, cabe concluir que la fusión que CaixaBank y Bankia están explorando resulta favorable para la economía española. Con independencia de los resultados para los accionistas de ambas empresas y con la información hoy disponible, la hipotética desventaja en función de reducción de la competencia de una operación tan singular se ve superada por la ganancia partiendo de la estabilidad del conjunto del sistema financiero.Las economías de escala y sinergias de diversa naturaleza son las que han motivado a ambos bancos a contemplar una operación que ya fue intentada en 2012, pero que quizás ahora encuentra un entorno más propicio. Ambas entidades disponen de una clara tradición de banca al por menor, de atención a familias y pequeñas y medianas empresas y, si las negociaciones prosperan, además de conformar el mayor banco en España, conseguirán una implantación geográfica que también será la más amplia del sistema. No será fácil ni poco costosa la reducción del número de oficinas y de trabajadores que la racionalidad de la fusión exigirá.Las operaciones de integración bancaria venían siendo sugeridas por los supervisores como una de las condiciones necesarias, pero de ningún modo suficientes, para mejorar la rentabilidad de esa actividad de intermediación. El problema es el mismo en el conjunto de la eurozona y se refleja desde hace tiempo en unas cotizaciones bursátiles históricamente bajas, significativamente inferiores al valor contable de los bancos. En esas cotizaciones se ve no solo la rentabilidad declinante por unos tipos de interés históricamente bajos o el ascenso de la morosidad consecuente con la recesión en curso, sino también factores estructurales como la competencia de operadores más intensivos en tecnología digital, sin las restricciones regulatorias de los bancos convencionales.En esta operación, los intereses de los accionistas pueden coincidir con los de la ciudadanía en general si las autoridades toman en consideración algunos aspectos esenciales. La preservación de la competencia es el más importante, para no caer en situaciones propias de poder de mercado. De ello, en todo caso, tendrán que velar de forma continua los supervisores, así como por la provisión suficiente de servicios financieros en toda la geografía española. Otro de los aspectos que habrán de atender las autoridades es la defensa de esa condición de accionista de Bankia que tiene el Estado, donde mantiene a través del FROB el 62% del capital. Con la fusión, las probabilidades de recuperación de los 21.000 millones de euros de aportación neta a su rescate son algo mayores que antes. La mera reacción de los mercados de acciones al anuncio ha elevado ese valor. El interés general también podría quedar satisfecho desde el punto de vista de una mayor solidez de conjunto del sistema financiero, de reducción de las probabilidades de tensiones en un contexto económico y financiero global ciertamente complicado.Una ventaja no menor para el conjunto de la economía española es también la contribución a una mayor cohesión territorial y al fortalecimiento del propio mercado interior. Barcelona, Madrid y Valencia, donde ambas entidades tienen su sede social, podrán conformar un eje de importancia esencial, también en la industria de servicios financieros, del que se beneficiaría el conjunto de la economía española.


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