Futre contesta si Silvio Berlusconi le robó el Balón de Oro de 1987

Como cada semana en Mundo
Deportivo, Paulo
Futre lanzó sus flechas. En esta semana, una edición especial, la leyenda del
Atlético de Madrid
, a cuenta del hecho de que el fútbol internacional esté parado a cuenta de la crisis sanitaria del coronavirus. Así, el jugador lanzó preguntas a los aficionados. Y entre ellas algunas muy llamativas.



¿SILVIO BERLUSCONI ME ROBÓ EL BALÓN DE ORO?

“Sigo sin entender qué pasó. Fiché por el Atleti en el verano del 87 tras ganar con el Porto la Champions del 87. Fui muy importante en la competición: marqué en octavos, semifinales y en la final hice la mejor de toda mi carrera. En verano aterricé aquí y fui importante en la victoria en el Camp Nou e hice un partidazo en el 0-4 en que vencimos a la Quinta del Buitre en el Bernabeu, con gol y dos asistencias. Aparte de que por esas fechas marqué de volea al Osasuna uno de los goles más bonitos de mi carrera. El Atleti, el curso anterior había quedado séptimo. Y sin quitar valor al resto de mis compañeros, en noviembre del 87 conmigo, tras golear en el Bernabeu estaba segundo luchando por el título. De verdad pensaba que iba a ganar el premio, pero se lo llevó Gullit, recién llegado a Milán desde la liga holandesa. Fue un fuera de serie, y seguro que merecería ganar un Balón de Oro o varios. Pero aquel año solo había ganado la liga holandesa y llevaba unos meses con los ‘rossoneri’. Hubo rumores de que Berlusconi amañó el premio para dárselo a su fichaje estrella. Una de las votaciones más ajustadas, con unos votos especialmente raros, como un periodista portugués que me perjudicó a propósito y que se negó toda la vida a explicar porqué. Yo personalmente sólo digo, la Champions frente a la liga holandesa. Francamente no sé qué más podría haber hecho ese año para merecerlo”.

Paulo Futre, en su etapa de jugador del Atlético de Madrid.
Paulo Futre, en su etapa de jugador del Atlético de Madrid.

¿ES CIERTO QUE EL VESTUARIO DEL ATLÉTICO DE MADRID NO ACOGIÓ BIÉN QUE FUESES CAPITÁN?

“En mi segundo curso Jesús Gil decidió que debía ser capitán. Intenté hacerle cambiar de opinión pero no hubo manera. En el equipo había titulares de la Selección y la mitad de la plantilla se había formado aquí. Me llevaba genial con todos pero era imposible que aceptasen que un portugués de 22 años fuese su capitán. Poco tiempo después todo cambió. Aguilera tenía solo 20 años, era un niño de la cantera. Ya había debutado pero no tenía contrato profesional cuando llegó la terrible noticia de que tenía cáncer de tibia. El Presi tuvo el detalle de declarar públicamente que pasara lo que pasara le firmaría un contrato profesional por varios años. Días después recibimos la bella noticia de que era benigno y podría jugar de nuevo. Él volvió a entrenar pero el contrato prometido no aparecía, Gil le fue dando largas y yo me tomé el asunto personalmente. En paralelo llegué a un acuerdo para mi renovación. El día de la firma estaba convocada una rueda de prensa. Y justo antes de firmar mi contrato en su despacho me planté: “Presi llame ahora al ‘Niño’ para firmar lo que le prometió, o no hay renovación y explico por qué”. Él sabía que no era un farol, así que tras la típica ronda de insultos, media hora después Carlos
Aguilera estaba firmando su primer contrato profesional. Al día siguiente sentí por primera vez que aceptaban como capitán: “El luso es de los nuestros, mata por nosotros” .

¿CÓMO FUE EL ACOSO DE LAS FANS EN SU ETAPA DE JUGADOR?

“No os quiero contar la cantidad de bragas, sujetadores (y cosas que no puedo revelar) que me mandaban. Para hacerte una pequeña idea, a los 19 años siendo jugador del Porto me llamaron del club para decir que había colapsado el buzón con 547 cartas recibidas en un día. Una locura. Cuando jugaba en el Atleti ese número se triplicó y recibía de todos los continentes. La mayoría de esas cartas también eran bienintencionadas, tanto de chicas como chicos. Por respeto respondía a todos con una foto firmada. Hace unos años coincidí con Mariza, la gran cantante de fado portugués, que me contó que uno de los días más felices de su infancia fue cuando recibió una carta mía en respuesta a la suya. Con 20 años aquello es muy bonito, pero también una locura, no sabes cómo actuar. No hay ningún profesor que te enseñe porque ninguno ha recibido 1.500 cartas en un día. No quiero imaginar la locura de estos tiempos con las redes sociales. También está la parte menos bonita, cuando se llega al acoso y alguien se obsesiona, averigua dónde vives, el teléfono de tu casa y ocurren situaciones de auténtica pesadilla. Pero bueno, quedémonos con lo bonito, a día de hoy con 54 años me ilusión cuando me dicen que era su ídolo y que fueron felices con mi respuesta”.


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