La frase acuñada por Mikel Merino, “no nos cansamos de ganar”, camino del túnel de vestuarios tras el penúltimo triunfo de la Real esta temporada en Anoeta frente al Valencia no sólo parece serigrafiada en la caseta del conjunto txuri urdin, sino que da la sensación de estar alicatada en la mente de todos los futbolistas que lo habitan. Como si fuera un mantra que se repiten de manera incansable.
La Real, tras encadenar su séptimo triunfo consecutivo en casa contra el Valladolid, encarará la semana más importante de la historia reciente del club, ésa en la que debe certificar su clasificación para la final de Copa, en su dinámica más vencedora en muchos años. Con unos números que amenazan con quedar instalados con letras de oro en el libro de mejores registros matemáticos de la centenaria trayectoria de la entidad de Anoeta.
La Real puede lograr el miércoles en Miranda su vigésima victoria de la temporada en 32 partidos oficiales, lo que supondría un 62,5% de los encuentros vencidos. Una auténtica barbaridad. Se impone en seis de cada diez encuentros. Basta constatar que en el último medio siglo, casi siempre que la Real superó la barrera de los 20 triunfos entre Liga y Copa fue sinónimo de éxito. Desde 2017, cuando con 21 triunfos se logró la clasificación para la Europa
League, hasta la lejana campaña de la imbatibilidad (26 partidos ganados), pasando, obviamente, por los dos títulos (20 y 26), el título copero del 87 (26), la campaña de los dos subcampeonatos en 1988 (27) y, por supuesto, el último subcampeonato, el de 2003 (22).
Los números de la Real son de equipo grande. A la espera de lo que haga hoy el Barcelona, ningún equipo ha ganado más partidos que la escuadra de Imanol entre Liga y Copa. Los 19 triunfos con los que los txuri urdin y los azulgrana encabezan este ranking superan, por ejemplo, las 17 victorias del Real Madrid, las 16 del Granada y las 15 de Sevilla y Villarreal, los siguientes equipos que más partidos han ganado sumando los dos principales campeonatos del Estado español.
Tres meses por delante
El campeonato entra en su antepenúltimo mes. La Real, si todo le va bien el miércoles en Anduva, jugará todavía 15 partidos oficiales más. Su ritmo actual de suma le llevaría a conseguir nueve victorias más lo que, sin duda, sería sinónimo de regreso a Europa y, asimismo, de romper las mejores marcas de la historia del club. Los 27 partidos de Liga ganados entre Liga y Copa en la 87/88 en la que el equipo fue subcampeón de Liga y jugó la final de Copa son el mejor registro desde el ascenso de Puertollano en 1968. Un reto mayúsculo teniendo en cuenta que la presión va a ir en aumento por la trascendencia de los resultados en las próximas semanas. Y, ante todo, que el calendario también se le va a endurecer a un conjunto txuri urdin que aún debe enfrentarse a ocho de los diez primeros clasificados en Liga. Sólo cinco de los conjuntos clasificados en la segunda mitad de la tabla serán rivales de una Real a la que le quedan por disputar seis partidos de Liga en Anoeta y siete fuera de casa.
Sea como fuere, los hombres de Imanol, a estas alturas, ya han proporcionado a su gente tantas alegrías ligueras como en toda la pasada campaña ya que el viernes igualaron las 13 victorias que se consiguieron en el total del pasado campeonato. El pleno de partidos ganados, seis, en la magnífica trayectoria copera elevan a jolgorio el disfrute de los aficionados en lo que va de ejercicio.
Nueve triunfos más en Liga separan a esta Real de los 19 que significaron el último pasaporte a Europa en 2017. Más lejos, a una distancia sideral prácticamente, se sitúan los 22 partidos ganados en 2003 que no fueron suficientes para ganar la Liga. Es el mejor registro de victorias en Liga de la historia del club en una temporada.
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