Georgina Rodríguez: “Me siento igual de cómoda con el presidente de Ferrari que con un camarero. No soy clasista”


Con más de 28 millones de seguidores en Instagram, Georgina Rodríguez (Buenos Aires, 27 años) es, entre muchas otras cosas, modelo, madre, influencer, empresaria, bailarina y pareja de Cristiano Ronaldo. El próximo 27 de enero estrena en Netflix Soy Georgina, un reality show al estilo Kardashian en el que deja que las cámaras entren en rincones de su vida profesional y sobre todo personal a los que el público no había tenido acceso.

Pregunta. En la promo de su nuevo programa dice que sabe qué es pasar de no tener nada a tenerlo todo. ¿Está exagerando?

Respuesta. Mi hermana, mi madre y yo hemos sido una familia y siempre hemos estado superunidas. Es verdad que a mí nunca me ha faltado lo básico. Pero también es verdad que a veces comía mejor y otras veces peor igual que a veces teníamos agua caliente y otras no. A los 18 años quería estudiar y no podía irme de Jaca, el pueblo donde me crie. Entonces me llegó una oferta de empleo en un hotel en un pueblo muy pequeño cerca de Barbastro, a dos horas y media de Jaca y mi madre me dejó 100 euros para salir de mi pueblo y así fue como empecé a tener un sueldo, pagar un alquiler y llevar una vida independiente.

P. ¿Recuerda el momento exacto en el que empezó a interesarse por el lujo?

R. Después de trabajar en el hotel de Graus tenía claro que me quería ir a Madrid porque mi sueño era estudiar administración de empresas. Mi hermana estaba preparando la selectividad y nos fuimos las dos juntas a Madrid. Dejé el currículum en Inditex y empecé en Massimo Dutti pero paseaba a veces por la Milla de Oro y me encantaba ver los escaparates. Cuando entraba a una boutique de lujo, para mí era como entrar en un museo. Luego me vine de niñera a Inglaterra y aprendí inglés y cuando regresé me cogieron en Gucci. Ahí ya fui viendo por dentro el mundo de la moda, porque es la moda lo que me interesa, no el lujo, porque lo del lujo es muy relativo. Para mí, lujo también es irme al campo con una sábana a comerme un bocadillo de chorizo.

P. El eslogan del reality es “Antes vendía bolsos, ahora los colecciona”. ¿Eso quiere decir que le parece mejor una cosa que la otra?

R. Eso es una frase que ha pensado el equipo de marketing pero yo he disfrutado igual de camarera en el restaurante de Graus poniendo menús de diez euros y viendo que la gente se iba satisfecha y me daba dos euros de propina, que planchando sábanas o vendiendo bolsos. A mí me contrataban por hacer un trabajo y mi satisfacción diaria era irme a casa pensando que lo había hecho muy bien. Luego la gente me dice: “Jolín, menudo sueño, ¿no? Pasar de vender bolsos de lujo a poder tenerlos”. Y yo digo, pues sí. Es maravilloso.

P. ¿No echa de menos nada de su vida anterior?

R. Lo único que echo de menos es salir y que la gente no te reconozca, poder ir tranquila sin mirar en las esquinas a ver quién te va a hacer una foto.

P. ¿Y no es incómodo vivir siempre rodeada de guardaespaldas?

R. En absoluto, porque al final ellos facilitan mi vida. Hacen muy bien su trabajo y respetan mucho los espacios.

P. En el documental cuenta que va a reunirse con el presidente de Ferrari, John Elkann. No parece que se sienta intimidada en entornos de clase alta. ¿De dónde viene esa seguridad?

R. Es que fue un momento muy cómodo. Él estaba con sus hijos, al igual que yo con los míos y todo fue muy fluido. Cuando voy a los sitios no pienso en esos términos. Eso es clasista y como yo no soy clasista, pues me da igual. Me siento igual de cómoda con ese tipo de personas que con mis antiguos compañeros, con los trabajadores que tengo en casa o con el camarero que me pone un café.

P. ¿Y cómo lleva que alguna gente solo sea simpática con usted porque tiene dinero?

R. Pues es lo mismo que la gente que es mucho más simpática cuando está el jefe delante. Es algo humano.

P. Dice en el documental que le encanta viajar siempre en jet privado porque si tuviera que estar dos horas en un aeropuerto preferiría no viajar. ¿Es así?

R. Eso lo digo porque cuando voy con Cristiano la gente no ve más allá de él. Se le echan encima y les da igual que tengas cuatro niños encima, bolsos, maletas. Nos llevamos muchos empujones. Yo me preocupo por mis hijos pero supongo que como las madres que van al parque y quieren tener a sus hijos controlados y que no se les pierdan.

P. En su entrada de Wikipedia solo aparece como hija suya Alana. ¿Usted considera que el resto de niños son también hijos suyos?

R. Ni Cristiano ni yo consideramos que sea mi única hija. Mis hijos son los cuatro y los cuatro me llaman mamá. Lo que pasa es que en internet se publican muchas cosas que no son verdad. Eso es simplemente una cosa más que la gente no sabe.

P. Sin embargo, ahora con este programa va a abrir muchos espacios de su vida que hasta ahora estaban totalmente cerrados al público. ¿Le asusta un poco esa exposición?

R. Yo nunca he considerado que porque sea la mujer del mejor futbolista del mundo tenga que abrir mi casa y mi privacidad. Pero también estoy muy segura de mí misma, actúo siempre desde el corazón y con las mejores intenciones. Estoy muy orgullosa de quien soy y de dónde vengo, de mi familia y de la gente que me rodea así que no me preocupa en absoluto.

P. Su madre y su suegra no aparecen. Supongo que ha querido proteger a algunas personas…

R. Eso no tiene nada que ver. Es mi reality y no han aparecido porque no se han dado las circunstancias.

P. ¿Cree que a Cristiano le va a costar mucho ceder su protagonismo en esta ocasión?

R. Es que no lo vemos así para nada. Ha sido de mutuo acuerdo, él está muy orgulloso de mí.

P. ¿Diría que es usted la persona que más influye en la vida de Cristiano Ronaldo?

R. Cuando te enamoras de una persona y todo lo que hacéis juntos resulta siempre tan positivo para todo, pues claro que confías. Pero depende de para qué. En el ámbito familiar, obviamente tiene muy en cuenta mi opinión. En el ámbito futbolístico y de los negocios, pues no. Pero al final, en cualquier caso, su opinión le pertenece.

P. Y usted, en el ámbito de los negocios, ¿cuál es la opinión que tiene más en cuenta?

R. La mía propia. Siempre miro los pros y los contras y estudio la situación, pero la verdad es que tengo suerte. Toda la gente que me rodea es muy buena, competitiva y formada, me aconseja muy bien.

P. No es un secreto que la relación familiar con su padre fue complicada. Él era jugador y entrenador de fútbol. ¿Le interesaba el fútbol de niña?

R. La verdad es que a mí nunca me interesó el fútbol cuando era pequeña. Me interesaba el ballet e ir al campo. Me empezó a interesar después porque me interesa lo que haga mi pareja pero no soy futbolera y la verdad que en casa no hablamos de fútbol porque yo no tengo ni idea.

P. ¿Y de qué pueden estar hablando durante horas?

R. Pues de nuestro cuidado, del cuidado de nuestros hijos, de nuestros entrenamientos, de viajar, de proyectos, de negocios…

P. ¿El sitio adonde ha llegado es producto de la suerte, del amor o de la ambición?

R. En lo profesional me considero una persona ambiciosa, porque al final la ambición también es lo que hace que quieras hacer todo perfecto y que todo salga bien. Pero en mi vida personal, no. Cristiano es un jugador de fútbol, el mejor del mundo, que financieramente está muy bien porque ha tenido cabeza y ha hecho muy buenos negocios, además de ser un hombre guapísimo y perfecto [risas]. Pero ha sido casualidad.

P. Llama la atención en el reality lo mucho que insiste en que es feliz ¿No tiene momentos de tristeza?

R. Es que soy una persona muy positiva, más que ambiciosa o calculadora. La vida es mucho más simple que todo eso y al final yo pienso que las cosas me van bien porque no actúo con envidia, con avaricia ni con maldad. Entonces si tienes suerte el camino te va llevando a sitios. Pero claro que soy feliz y me siento muy realizada.

P. ¿Ha organizado ya un plan de vida que le vaya a permitir no preocuparse del dinero nunca más?

R. Uno nunca puede saber porque igual mañana me da por montar un negocio, me va mal y pierdo todo. La vida es muy larga.


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