El Sevilla espera ahorrarse unos cinco millones de euros tras la retirada de la demanda por despido improcedente que el jugador francés Joris Gnagnon interpuso en contra del club, que alegó falta de profesionalidad al recaer continuamente en un sobrepeso alarmante y la incapacidad para conseguir la forma física mínimamente exigible para un futbolista profesional. El futbolista galo, uno de los fichajes más desastrosos de la historia del Sevilla, al que llegó como apuesta de Joaquín Caparrós en su etapa como director deportivo a cambio de unos 15 millones de euros, fue despedido en agosto por el club cuando le restaban dos años de contrato y después de que, tras un año cedido en el Rennes, su club de origen, no fuera capaz de encontrar equipo y se entrenara a las órdenes de Julen Lopetegui pese a no tener ficha con el club andaluz.
Los abogados de Gnagnon retiraron la demanda contra el Sevilla este mismo lunes, según ‘Diario de Sevilla’, justo cuando debía celebrarse la vista ante el juez. Así, el jugador francés seguirá el proceso por la vía de la reclamación a la FIFA, dejando a un lado la vía de los tribunales.
El Sevilla ha logrado demostrar que el jugador no tenía ningún problema físico para no alcanzar el estado de forma adecuado para un futbolista profesional. Gnagnon, de 1,82 metros de altura, sobrepasó en varias ocasiones los 100 kilos de peso en controles rutinarios en el Sevilla, que decidió despedirlo en agosto por esta causa.
El defensa se enroló finalmente durante el mercado de verano en el Saint Etienne de su país tras ser despedido, pero aún no ha disputado ni un minuto en su nuevo equipo y su entrenador ha criticado en varias ocasiones su falta de profesionalidad. Incluso en sus primeros días de entrenamiento algunos compañeros aseguraron que lo confundieron con “un trabajador del área de seguridad del club” por su aspecto físico, que para nada se acercaba a lo que es un profesional del fútbol.