GP Bakú: Pérez gana, mazazo para Hamilton y Verstappen y Alonso, magia entre la locura

Increíble. Espectacular. No apto para cardíacos. ¡Qué locura! No hay calificativos para definir lo que se vivió este domingo en el GP de Azerbaiyán de Fórmula 1. Para aquellos que digan que la F1 no es divertida, que se pongan este Gran Premio en bucle. Si ni así cambian de opinión, no hay nada que hacer. Y es que la Fórmula 1 pasó de una carrera controlada, a vivir una auténtica locura en un santiamén con un final que se iba a decidir saliendo desde parado a dos únicas vueltas. Lo nunca visto. Todo ello, empezando por un drama de Max Verstappen que derivó en un desenlace absolutamente irracional, pero sumamente bonito que tuvo como gran protagonista al ganador Checo Pérez. El mexicano logró su primer triunfo con Red Bull tras imponerse a un Hamilton que se fue con las manos vacías, acabando último tras tener una enorme oportunidad de meterle un buen puñado de puntos a Verstappen en el Mundial.

Drama para Verstappen

Max Verstappen lo había hecho todo bien para dar un golpe sobre la mesa en el Mundial y aumentar su ventaja en el liderato del campeonato con una carrera sin errores. Además, liderando un histórico doblete de Red Bull, con un espectacular Pérez en la segunda posición ante un Hamilton impotente en la tercera plaza. Era un mazazo para Mercedes y un día mágico para los de Milton Keynes. Pero a falta de 5 vueltas, todo cambió.

Max pasaba del cielo, al infierno al pinchar una de sus ruedas traseras en plena recta, a más de 300 km/h, golpeando su coche contra el muro y terminando con su sueño de dar un tremendo estacazo al Mundial. Un auténtico mazazo para el neerlandés cuando ya todo estaba decidido que dejaba en manos de su compañero Pérez el triunfo, pero que sobre todo daba alas a un Hamilton que pasaba a ser segundo. Lewis veía así como su gran rival por el título se marcharía de Bakú con 25 puntos menos de los que debería haberse llevado.

La Fórmula 1 fue injusta y cruel con Verstappen y daba en ese momento un premio demasiado grande a Hamilton y Mercedes en un día en el que no lo merecieron, en el que se vieron superados por los estrategas de Red Bull, el mayor ritmo de los coches de las bebidas energéticas y su tremenda velocidad en boxes.

No obstante, la Fórmula 1 sí hacía justicia con un Checo
Pérez que ya empezaba a acumular críticas por sus primeras carreras en Red Bull pese a estar en plena adaptación. Algunos ya ponían en duda su asiento para el próximo año. Ya se decía que Red Bull le estaba buscando sustituto. Pero Pérez, lejos de hundirse, se hizo más fuerte. El de Guadalajara demostró con un auténtico carrerón que el compañero que necesita Verstappen ya está a su lado. Lo hizo con una gran remontada partiendo sexto, recuperando dos posiciones en la salida (sobre Sainz y Gasly) con un gran movimiento en la primera curva, pasando a Leclerc en recta y finalmente, alargando su parada con un gran ritmo para pasar a Hamilton en boxes.

Final desde parado con una carrera a una vuelta

Si la mala suerte no se hubiera cebado con Max, Pérez hubiera obtenido una segunda posición con sabor a victoria tras mantener a raya al campeón Hamilton sin darle ninguna opción. Pero el destino quiso que la carrera fuera suya. No obstante, aún no la tenía del todo. La carrera se paró con bandera roja a falta de dos giros. Durante muchos minutos se desconocía si el triunfo sería para Pérez o se tendría que reanudar la acción para que se disputaran los últimos giros. Y finalmente, tras una larga espera, Dirección de Carrera decidió que la prueba acabaría de la forma más espectacular posible: con una manga al sprint de dos giros y saliendo desde parado.

Pérez tenía la mejor oportunidad para lograr su primera victoria con Red Bull, el segundo triunfo de Checo tras el logrado en Sakhir el pasado año. Debía defender su primera posición en una carrera a un giro y lo logró de forma espectacular ante Vettel (2º) y Gasly (3º). Lewis, que era segundo, se colocó en paralelo a Checo pero el mexicano no se amedrentó. Aquello no podía acabar bien para todos y terminó mal para Hamilton, que no supo aprovechar la enorme ocasión que le dio el destino. Lewis pasó de la tristeza, a la alegría y de nuevo a la tristeza, en unos minutos. Y es que en la resalida se pasó de frenada y se fue largo para acabar último.

Verstappen, que hacía solo unos minutos se estaba estirando de los pelos, volvía a aparecer por el paddock. Seguía líder cuando creía que había perdido la posición hegemónica del Mundial. Increíble. ¡Qué carrera! ¡Y qué Mundial nos espera!

Fernando Alonso hace magia

Fernando Alonso sacó la varita mágica unas dos últimas vueltas para enmarcar. El asturiano había tenido una difícil carrera, y pese a ello había logrado defender la posición de puntos. Era décimo con el accidente de Verstappen y desde esa posición podía optar a sumar algún punto más en el final a un giro partiendo desde parado. Era su gran oportunidad y no lo desaprovechó. Alonso dio una clase magistral con un arranque espectacular, pasando a Ricciardo, Sainz y Tsunoda y ganando la plaza perdida por Hamilton para colocarse sexto con un coche en el que había sufrido mucho durante toda la tarde. De esta manera, el asturiano logró su mejor resultado con Alpine desde su regreso a la Fórmula 1.

Por su parte, Carlos Sainz (8º) pasó del podio de Mónaco a vivir una tarde muy complicada. El madrileño perdió una plaza en la salida, viéndose cerrado por Gasly, lo que le colocaba sexto. Tras su primera parada, con las gomas frías, cometió un error al irse largo en la escapatoria de la curva 8 y ello le relegó a la 14ª plaza. Ahí se encontró con el tapón de Giovinazzi, que le impedía aprovechar su buen ritmo de carrera. Logró superarlo con una maniobra muy arriesgada y pasó a Alonso en recta para ser 12º. Ganó dos plazas más con Bottas y Ricciardo y, finalmente concluyó octavo, viendo como Alonso le quitaba una plaza en el emocionante último giro.


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