Guerrero, en “guerra permanente” por “control de los territorios”; Guardia Nacional, insuficiente: Boyer

Para el periodista francés, es evidente que si hubiera más fuerzas federales se podría aumentar el nivel de patrullajes o de retenes, y así disuadir las actividades del crimen organizado.

Para la población de las zonas rurales de Guerrero, en particular los grupos indígenas que habitan en la sierra, la vida transcurre en un constante fuego cruzado de grupos criminales y de autodefensas aliados, que luchan contra policías comunitarias y la Guardia Nacional, explicó el exdirector de Le Monde Diplomatique, Jean-Francois Boyer.

En entrevista para Aristegui en Vivo, el periodista francés expuso que existe una diferencia entre las policías comunitarias y las autodefensas.

Las policías comunitarias nacen hace más de 20 años de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF), organización que controla pocos territorios y que depende de las asambleas de usos y costumbres.

Por otro lado, las autodefensas son grupos que surgieron en años recientes y que no tienen nada que ver con las asambleas locales, expuso Boyer.

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“Son más bien grupos que deciden armarse, y estos grupos trabajan para el grupo criminal predominante de su zona”.

El periodista agregó que varios de estos grupos utilizan el término de autodefensas para operar a favor de los grupos delincuenciales para ejecutar sus operativos de represión y dominio territorial, ya que las policías locales no están en condiciones de impedir la operatividad de los grupos criminales locales.

Lo que hace más complicado el panorama es que en Guerrero habitan varios grupos criminales que dominan una zona específica del estado, entre ellos los Guerreros Unidos, Los Rojos, Ardillos, el Cártel del Sur, el Cártel Jalisco Nueva Generación y la Familia Michoacana.

“Estamos en una situación de guerra permanente entre grupos más o menos grandes para el control de los territorios donde se siembra la amapola, y para el control de las rutas”, precisó.  

Boyer sostuvo que existen autodefensas que argumentan que llevan años peleando contra la Familia Michoacana, “pero le hacen el juego a Guerreros Unidos”.

Ante esta situación el despliegue de los elementos de la Guardia Nacional resulta insuficiente, ya que existen entre 400 y 600 elementos establecidos en una base en Chilpancingo. Ellos deben luchar contra miles de integrantes de grupos delincuenciales que operan en la sierra de Guerrero.

“Es evidente que si hubiera más fuerzas federales tal vez aumentar el nivel de patrullajes o de retenes, podrían disuadir un poco más las actividades del crimen organizado”, opinó el periodista.

“Las comunidades indígenas en esa zona (Chilapa) se encuentran totalmente perdidas entre dos fuerzas, y una policía comunitaria cómplice”, refirió. 




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