El nuevo entrenador del Casademont Zaragoza, Sergio Hernández, ha destacado que para él había sido “difícil” renunciar a seguir dirigiendo la selección argentina pero que en la vida hay que tomar decisiones. “Fue difícil. Habría sido más fácil si el reglamento que existe en ACB hubiera permitido compaginar ambas cosas, pero no es así. Ha sido un dolor fuerte terminar con la selección”, ha indicado.
A este respecto ha añadido que tiene una sensación encontrada, la alegría por tomar el desafío de un equipo histórico, pero con la dificultad, que le hizo dudar, de dejar el cargo de seleccionador.
“En la vida hay que tomar decisiones y tomé la que creía más acertada”, ha resaltado en la rueda de prensa de presentación como nuevo técnico del equipo aragonés.
Además, ha apostillado que se encontraba “muy feliz” porque formar parte de la Liga ACB era una oportunidad que estaba esperando “hace mucho tiempo”.
De la misma forma ha señalado que había tenido otras ofertas pero que no le habían parecido interesantes: “La vida está hecha de momentos. Llevaba muchos años con la selección y está bien pero a veces pasas ocho o nueve meses de oficina y el entrenador es como el jugador, necesita ritmo. Estaba necesitando acción”.
El “Oveja” ha apuntado que el conjunto maño es un equipo histórico y que es parte de la cultura de la ciudad, algo que le atrae mucho.
“Hace años seguía a León Najnudel, que fue entrenador en Zaragoza y que a su regreso a Argentina creó la Liga Nacional. Nació por lo que él vivió estando acá. A partir de ahí todo lo que fue Zaragoza fue parte de nuestro baloncesto”, ha explicado.
El preparador nacido en Munro (Argentina) ha comentado que cuando recibió la oferta del equipo aragonés no se fijó si estaba bien o mal clasificado sino en el hecho de que había un equipo histórico que estaba pensando en él.
“Conozco casi todas las plantillas de la ACB pero en las que hay argentinos más porque era mi trabajo. He visto los ocho partidos del Casademont Zaragoza y me sigue pareciendo que tiene un potencial superior al que ha demostrado y eso para los entrenadores siempre es un desafío grande”, ha reflexionado.
Preguntado sobre qué tipo de baloncesto le gustaría que practicara su equipo ha desvelado que espera que sea vertical, sin caer en el apuro y la precipitación y que eso lleve a cometer errores.
“Hay que intentar subir la velocidad de juego, ser más agresivo, saber utilizar los diez primeros segundos de posesión para conseguir puntos pero a la vez intimidar al rival y no permitirle llevar la iniciativa defensivamente y en defensa tener un balance muy fuerte”, ha indicado.
Sergio Hernández ha remachado que es el baloncesto que siente y que tiene que liderar al equipo desde lo que siente porque cree que es “la mejor manera de transmitir optimismo”.
Sobre las desconexiones de concentración que ha evidenciado su nuevo equipo en los partidos que ha jugado hasta ahora, ha apuntado que cuando se pasan urgencias porque no se gana se empieza a jugar “más contra sí mismo que contra el rival” y que se está “más pendiente del resultado que del rendimiento”.
“Hay que enfocar al equipo en el juego y que gane o pierda lo haga con una misma idea además de que cuando juegue no esté pendiente del marcador y sí del juego”, ha aludido.
A este respecto ha apostillado que va a tratar de encontrar qué problema hay en el juego que hace que el equipo no se sienta poderoso y que espera encontrarlo “lo más rápido posible”.
Igualmente ha observado que el equipo tienen un margen “bastante grande” para crecer pero que “llevará un tiempo y hay que ir paso por paso”.
Sobre la presencia del alero argentino Nicolás Brussino en el equipo, al que conoce bien porque fue subcampeón del mundo con Argentina con él en el banquillo, ha subrayado que lo quiere “muchísimo” y que es un chico “genial”.
“Lo dirigí en Peñarol. Fue nuestro jugador más determinante y pasó directamente a la NBA. Fue algo raro, lo normal es jugar en Europa primero, pero no me extraña porque es un jugador en estado puro. Espero que mi llegada le ayude a seguir creciendo, pero fundamentalmente lo que tiene que hacer cualquier jugador es hacer cosas para que el equipo gane”, ha mencionado.
El ya extécnico de la selección albiceslete ha mencionado que su objetivo es estar “arriba” en la clasificación y que, para ello, quiere “ayudar a que el equipo juegue bien”.
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