Amaiur Sarriegi (Donostia, 2000) sigue encadenando sueños y el siguiente será jugar la Champions con su Real Sociedad. Es un reto sembrado, cosechado y trabajado a base de goles (17 sólo en Liga), asistencias (9) y minutos de carreras en el campo (2.300, la segunda tras Franssi). La palabra que más repite es feliz, por lo que no tiene pensado ni mirar las (lógicas) propuestas que le han llegado.
Acabó la Liga, ¿qué sensaciones tiene en este momento?
La primera palabra que me viene a la mente es felicidad. Están siendo días de actos, de comidas, de celebraciones… Se nota ese buen rollo que hemos tenido todo el año y más ahora que hemos conseguido cosas. Y también más relajadas, sin el estrés de la competición.
¿Se creen lo que han conseguido?
Sí. Todas somos conscientes de que hemos hecho algo muy grande. Pero sí que nos hará falta tiempo para darnos cuenta de la dimensión de todo esto. Hemos hecho historia.
¿Era de las que lo esperaba en agosto?
Antes de la pretemporada tenía serias dudas por la marcha de tanta gente. No sabía qué podía pasar y me hacía muchas preguntas. Pero cuando empezamos a entrenar, dije: ‘Vamos a dar guerra’. No sabía hasta qué punto, pero veía que estábamos entrenando muy bien, con mucho ritmo, que había un trabajo increíble por detrás y que íbamos a hacer grandes cosas.
Donostiarra y txuri urdin de cuna, ¿qué supone jugar la Champions con la Real?
Un sueño cumplido. Yo veía por la tele las estrellitas, ese balón, el sonido de la Champions, la noche…siempre lo sueñas desde pequeña porque es de las mejores cosas que hay en el fútbol. Y jugarla con la Real, como donostiarra y realista que soy, me llena de felicidad y de orgullo.
¿Con qué momento del curso se queda?
El más bonito fue el de la clasificación para la Champions en el ‘z7’ contra el Rayo. Fue un día increíble. Nunca había sentido tanta felicidad después de acabar un partido.
La Copa en 2019 y esta temporada segundas tras un Barça invencible, ¿qué les falta ahora?
Una vez que estás arriba, se te tiene que exigir estar arriba. Cuando hemos conseguido ese segundo puesto, no nos vamos a conformar con menos. Somos ambiciosas y queremos lograr grandes cosas. Hemos venido para quedarnos. La Real va a ser un equipo de arriba, fuerte, reconocido y reconocible en España y en Europa.
¿Qué les da Natalia?
Un cúmulo de muchas cosas positivas. Dos de las razones por las que hemos sido segundas es por cómo ve ella el fútbol y por cómo nos lo hace ver a nosotras. Vemos el fútbol igual. Nos gusta combinar, crear buen juego, tener la posesión, ser verticales, hacer muchas ocasiones y goles. Natalia nos pide que seamos atrevidas y que lo intentemos. Por otro lado, el trabajo táctico del staff es muy importante.
17 goles, nueve asistencias, 2.300 minutos…¿satisfecha con sus estadísticas? Son bárbaras
Hasta que no paras un poco y lo miras con perspectiva no te das cuenta. Tengo 21 años y mira qué números. Me siento muy feliz, muy bien aquí y eso acompaña a los números.
¿Cuál es el secreto Amaiur? ¿Qué le hace distinta a los demás?
No hay secreto. Hay un cúmulo de cosas. Sólo se ve lo que haces los domingos, pero detrás de eso hay muchísimo trabajo y muchas horas de dedicación. Al final, la mezcla del talento con el trabajo da sus frutos. Me considero una jugadora muy trabajadora y eso se ve reflejado en el campo.
Firmó hasta 2025, ¿podemos estar tranquilos con Amaiur este verano?
Sí. Estoy muy feliz aquí, tengo lo que tengo que tener, tanto de la mano del staff como de la directiva. Me siento arropada y querida por mis compañeras. Por todo eso renové por tantos años y estoy feliz de poder seguir aquí.
¿Tiene otras ofertas?
Sí, es así, no te voy a mentir. Intereses ha habido, pero cuando quieres estar en un sitio tampoco escuchas demasiado. No he querido escuchar otras cosas. Voy a dar mucho a la Real y la Real me va a dar mucho a mí.
¿Se ha visualizado a sí misma en un estadio que le guste o ante al algún rival que le apetezca en la Champions?
Si te digo la verdad, no, porque me da igual. Somos la Real y lo hemos demostrado en cada partido y en la Champions va a ser lo mismo. Vamos a ir a por quien se nos ponga por delante.