https://elpais.com/internacional/2022-11-09/rusia-anuncia-la-retirada-de-sus-tropas-de-la-ciudad-clave-de-jerson-y-las-zonas-cercanas.html

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Rusia ha confirmado este miércoles la retirada de sus tropas de la margen occidental del río Dniéper, que incluye la ciudad clave de Jersón. De confirmarse, este repliegue supone un éxito mayúsculo para Ucrania y una derrota para el Kremlin, que estaría preparándose para abandonar la única capital de provincia que logró conquistar a raíz de la invasión de Ucrania que inició el 24 de febrero.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha dado el visto bueno al repliegue propuesto por el general al mando de las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania, Serguéi Surovikin. “Entiendo que esta es una decisión muy difícil, pero al mismo tiempo conservaremos lo que es más importante, la vida de nuestros militares y la capacidad de combate de nuestros grupos de tropas”, ha afirmado el jefe militar en un parte de guerra difundido por el departamento de Defensa ruso.

Rusia se prepara así para abandonar sus posiciones más occidentales en Ucrania, una decisión lógica desde el punto de vista militar, pero un varapalo para la imagen del segundo mayor ejército del mundo. Para las autoridades ucranias, en cambio, sería una de las noticias más esperadas desde que el presidente Volodímir Zelenski afirmara en junio que recuperar Jersón debía ser la prioridad de las Fuerzas Armadas. El anuncio del Ministerio de Defensa de Rusia supone el mayor repliegue organizado por las tropas rusas desde la retirada de finales de marzo del frente de Kiev. Posteriormente, el ejército ucranio retomó la región de Járkov y parte de las provincias de Zaporiyia y Jersón en los contraataques emprendidos desde septiembre.

Militares ucranios montados en un cañón autopropulsado 2S7 Pion, este miércoles en una zona del frente de Jersón.STRINGER (REUTERS)

Moscú, cuyas tropas habían conquistado Jersón el 3 de marzo, se anexionó formalmente esta provincia —además de las de Donetsk, Lugansk y Zaporiyia— el 30 de septiembre tras unos referendos ilegales no reconocidos por la comunidad internacional. Donetsk y Lugansk se han mantenido en manos prorrusas desde que estalló la guerra de Donbás en 2014.

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En una primera reacción de Kiev, Mijailo Podoliak, el principal asesor del presidente Zelenski, optó por la prudencia al declarar a la agencia Reuters que es demasiado pronto para dar por bueno el anuncio de Surovikin, y ha insistido en que no solo continúa habiendo unidades militares en la ciudad de Jersón y en la región, sino que han incorporado nuevas. “Hasta que la bandera de Ucrania no ondee en Jersón, no tiene sentido hablar de la retirada rusa”, ha añadido Podoliak.

El asesor presidencial manifestó en su cuenta de Twitter la convicción de que las fuerzas rusas están bajo mínimos: “Los recursos rusos están cerca de estar al límite. Por eso piden de forma histérica una pausa, “negociar”. En ese contexto se produce la visita de Nicolai Patrushev (secretario del Consejo de Seguridad ruso) a Teherán: buscando una manera de continuar la guerra consiguiendo misiles y drones, “para compensar su falta de misiles”. “Es el momento perfecto para doblar la ayuda a Ucrania”, concluía Podoliak.

Kremlin is exhausted. RF’s resources are close to the limit. Hence hysterical requests for a break (“negotiations”). Hence Patrushev’s visit to Tehran: looking for a way to continue war, get missiles/drones, fix its missile lack. Now is the perfect time to double aid for Ukraine.

— Михайло Подоляк (@Podolyak_M) November 9, 2022

“Al analizar de forma integral la situación actual, la propuesta es formar la defensa a lo largo de la margen izquierda [oriental] del río Dniéper”, ha dicho Surovikin. El militar, que fue nombrado responsable de las tropas en Ucrania recientemente ante los reveses sufridos por Moscú en los frentes del sur y del este, argumentó que la salida de esas tropas “liberará fuerzas y medios para otras operaciones activas, incluidas ofensivas”. Rusia admite que debe renunciar a los territorios que mantenía ocupados en la orilla occidental del Dniéper por el riesgo de que sus tropas queden aisladas ante el avance ucranio.

Tanto los servicios de inteligencia británicos como el Instituto para el Estudio de la Guerra, uno de los centros de análisis más citado en el conflicto en Ucrania, habían advertido en los últimos días de que la retirada rusa era probable y que las fuerzas de Surovikin estaban ya centrándose en reforzar las defensas en el interior de la provincia y en la costa del mar Negro para garantizar la seguridad del suministro para sus unidades desde la península de Crimea.

Las autoridades militares impuestas por el Kremlin en la zona anunciaron el desalojo de la ciudad en octubre, pero miles de ucranios que no habían huido desde el inicio de la ofensiva rusa han decidido quedarse en sus hogares.

“La estrategia ucrania en Jersón se ha basado en interrumpir su cadena de suministros y está funcionando porque en la orilla occidental del Dniéper tienen evidentes limitaciones de recursos”, explica Mark Savchuk, reconocido analista ucranio. El fuego de las fuerzas de Kiev con la artillería de precisión Himars ha castigado desde el verano los centros logísticos del ejército ruso y también sus arsenales. Las tropas rusas tenían que afrontar además dos frentes sobre Jersón, por el sur y por el norte.

Un militar ucranio escribía un mensaje en un proyectil, este miércoles en el frente en la región de Jersón.STRINGER (REUTERS)

Si se confirma, Rusia evitaría con esta decisión un asedio sobre la ciudad de Jersón que se preveía terrible. Pese a que en las últimas semanas se habían repetido los mensajes de las autoridades rusas anunciando que retiraban sus posiciones en el municipio, tanto Zelenski como su jefe de inteligencia del Ministerio de Defensa, el general Kirilo Budanov, habían reiterado que se trataba de una trampa para sorprender a los batallones ucranios, a tan solo 12 kilómetros de la ciudad.

Budanov incluso contempló que el asedio sobre Jersón fuera tan cruento como el de Mariupol. Esta ciudad de la provincia de Donetsk, en la costa del mar de Azov, quedó arrasada durante la primavera tras dos meses de sitio. Rusia controla Mariupol y está reforzando sus defensas ante la posibilidad de que el avance ucranio llegue a tomar toda la provincia de Jersón y entre en la de Zaporiyia, según indicó el Ministerio de Defensa británico.

Evacuación de la zona

“Todos los que han querido se han ido de la zona”, ha afirmado el general Surovikin ante el alto mando ruso tras asegurar que “unas 115.000 personas” han abandonado el territorio. El comandante, hasta ahora general de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia y partidario de los bombardeos contra infraestructuras, también ha justificado la retirada con la idea de que la zona noroeste del río Dniéper podría ser inundada.

Surovikin ha admitido que la presión ucrania es constante. Aunque sus datos aseguran que un 80% de los misiles ucranios son derribados, “hasta un 20% de ellos alcanzan sus objetivos”, ha apuntado. Además, ha defendido el repliegue pese a asegurar que las pérdidas ucranias son siete u ocho veces mayores.

A diferencia de anteriores reveses militares de Moscú, que acabaron costando el puesto al general Alexánder Lapin esta semana, la retirada de Jersón ha sido bendecida por dos de las figuras más furibundas del círculo del Kremlin: el empresario Yevgueni Prigozhin, dueño del grupo de mercenarios Wagner, y el presidente checheno, Ramzán Kadírov. “Surovikin ha salvado a 1.000 soldados que estaban en un cerco real”, ha escrito el líder de la región del Cáucaso en Telegram. “No hay por qué hablar de rendición (…). Surovikin protege al soldado y toma una posición estratégica más ventajosa”, añadió Kadírov, que cree que ha actuado “como un verdadero general, sin miedo a las críticas”. Por su parte, Prigozhin ha alabado a Surovikin porque “no teme la responsabilidad”. “Es importante no agonizar, no combatir con la paranoia, sino sacar conclusiones y corregir los errores”, ha añadido.

Negociaciones

La retirada de Jersón y el atrincheramiento al otro lado del río supondría dar paso a una nueva etapa de la guerra. “Todavía estamos abiertos a mantener negociaciones. Nunca las abandonamos, estamos listos para llevarlas a cabo, pero, por supuesto, teniendo en cuenta las realidades que se están gestando en este momento”, ha afirmado este miércoles la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. Un día antes, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, mostró su disposición al diálogo con Rusia, pero con varias líneas rojas; entre ellas, que se restaure “la integridad territorial de Ucrania”.

Muere el subjefe de las autoridades rusas en Jersón

El anuncio de la retirada rusa de la zona occidental de Jersón ha coincidido este miércoles con el fallecimiento en un accidente de tráfico del jefe adjunto de la administración militar rusa impuesta en la región por el Kremlin. Kirill Stremousov había sido la cara visible de los anuncios de evacuación de estas últimas semanas y aseguraba que Jersón nunca sería rendida.

Político ucranio antes de la guerra, Stremousov, de 45 años, había sido declarado traidor por Kiev en marzo. Según reveló este miércoles el diario independiente Meduza, el Kremlin había ordenado a sus medios que le dieran menos voz a él y a otras figuras públicas por sus críticas a la gestión de la ofensiva.

El alto cargo calificó en octubre a los comandantes rusos como “incompetentes” y llegó a cargar contra el propio ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. “Muchos dicen que el ministro de Defensa, que ha permitido que se llegase a este estado de las cosas, podría, como oficial, pegarse un tiro. Pero, ya sabes, la palabra oficial es una palabra incomprensible para muchos”, dijo Stremousov en sus redes sociales. En la última intervención publicada en Telegram la mañana de su muerte, afirmaba que las fuerzas ucranias “intentaron cruzar las líneas, pero fueron detenidas”. “Al colectivo Biden se le acaba su magia y pronto los ucronazis se quedarán sin financiación por el completo fiasco de los demócratas en las elecciones de EE UU”, vaticinaba Stremousov. En los vídeos que publicaba nunca llevaba puesto el cinturón de seguridad en el coche.

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