El grupo de aerolíneas International Airlines Group (IAG), matriz de Iberia, British Airways o Vueling, ha cerrado un nuevo acuerdo para la compra de Air Europa al grupo Globalia por 500 millones de euros, la mitad de la cantidad acordada a finales de 2019, cuando ambas alcanzaron un acuerdo de compraventa por 1.000 millones. Además, el acuerdo contempla el aplazamiento del pago, en efectivo, hasta mediados de 2027, seis años después de la fecha del cierre de la operación, que se prevé para la segunda mitad de este año.
Según informó IAG en una nota, la compra queda pendiente de la aprobación de la Comisión Europea y de la “negociación satisfactoria” entre Iberia y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) “de las condiciones no financieras” del rescate de 475 millones que este organismo concedió a Air Europa a finales de 2020 del fondo para apoyar a empresas estratégicas solventes puesto en marcha por el Gobierno para que estas puedan hacer frente al impacto de la pandemia de coronavirus. Entre esas “condiciones no financieras” se cuenta el nombramiento de un consejero delegado para Air Europa, que la SEPI debía pactar con la aerolínea y ahora tendrá que acordar con el comprador. Iberia señala que va a entablar negociaciones con la SEPI “en el corto plazo”, de modo que se pueda culminar el acuerdo en la segunda mitad de 2021.
Para ese momento, Iberia prevé que “la recuperación de los viajes aéreos podría ser significativa con el despliegue de las vacunas covid-19 en todo el mundo”, con lo que Iberia estará mejor colocado para beneficiarse de esa recuperación tras el impacto de la pandemia. Dado que no prevé hacer desembolsos importantes en relación con la adquisición este año, IAG espera que la caja de la aerolínea vaya aumentando al menos hasta el reembolso del préstamo de la SEPI en 2026. Entonces, las sinergias que espera la compañía con la fusión ya estarán a “pleno rendimiento”: ahorros en los sistemas de ventas, gastos generales y administrativos, así como en aprovisionamientos, gastos de handling y distribución, además de códigos compartidos, ajustes para mejorar la conectividad y integración de los respectivos planes de fidelización. Iberia espera que la adquisición contribuya positivamente a sus resultados a partir del primer año tras completarse la operación.
Con el nuevo acuerdo, Iberia consigue un doble objetivo. Por un lado, en un momento en que la liquidez de las aerolíneas está seriamente dañada tras un año en que han perdido más del 70% del negocio debido a la crisis sanitaria, se asegura de no tener que hacer desembolsos hasta al menos 2026, cuando espera que el transporte aéreo esté ya recuperado y los ahorros derivados de la fusión plenamente alcanzados. Por otro, rebaja a la mitad el precio a desembolsar por una aerolínea que, en el momento del primer acuerdo, al cierre de 2019, facturaba 2.100 millones y tuvo un beneficio de 27,7 millones, con 13 millones de pasajeros.
En 2020, su situación se deterioró dramáticamente: transportó un 70% menos de pasajeros y su flota de 68 aviones en 2019 se quedó en 52, todos menos uno en “régimen de arrendamiento operativo”, que originan un pasivo de 1.600 millones de euros. Además, para soportar la caída de ingresos, ha logrado créditos a cinco años avalados por el ICO por 141 millones, a lo que se suma el rescate de la SEPI por 475 millones, obtenido en noviembre con un plazo de devolución de seis años. La deuda financiera neta de Air Europa, incluyendo los préstamos dispuestos del ICO y SEPI, era de aproximadamente 500 millones de euros a finales de 2020. Era muy difícil que Air Europa pudiese hacer frente al pago de esas cantidades por si misma en un plazo máximo de seis años. Ahora será Iberia la que tenga que hacer frente a esos compromisos.
Iberia, por su parte, también ha sufrido la pandemia, como el resto del sector. En 2020, según datos de Aena, transportó un total de 13,33 millones de pasajeros, apenas un tercio de los registrados en 2019. Durante los meses de abril y mayo, la caída de pasajeros superó el 90%. Aunque aún no ha presentado resultados, estos estarán en consonancia con esa caída de la actividad. En 2019, sus ingresos superaron los 5.600 millones de euros.
Compra estratégica
Con la compra de Air Europa a Globalia, que Iberia sigue considerando “estratégica”, el grupo IAG, dirigido por el español Luis Gallego, espera mejorar su posicionamiento en el aeropuerto de Barajas, convirtiéndolo en un hub que atraiga más tráfico, capaz de competir frente a Ámsterdam, Frankfurt y el Charles de Gaulle de Paris. Además, reforzará su liderazgo en las rutas hacia América, ya que incorpora 24 rutas transatlánticas, tanto con EE UU como el Caribe y América el Sur y proporcionará otras oportunidades de crecimiento y más posibilidades a sus clientes, al incorporar nuevos destinos y horarios.
En la nota, Luis Gallego, consejero delegado de IAG, destaca la importancia de “formar parte de un gran grupo” para “superar los desafíos del mercado actual”, marcado por la pandemia y celebra que el acuerdo incluya el aplazamiento del pago “hasta bien entrada la recuperación esperada en los viajes aéreos tras el final de la pandemia”. Por su parte, Javier Hidalgo, consejero delegado de Globalia, destaca que la unión de ambas compañías “es la mejor forma de recuperar el turismo, el transporte en España y el hub de Madrid”.
Javier Sánchez-Prieto, consejero delegado de Iberia, hace hincapié en que el acuerdo beneficiará a los empleados de ambas compañías. No se hace referencia en la nota informativa al empleo en las dos aerolíneas. Actualmente, ambas tienen activos expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE), que afectan a un buen número de empleados. En Iberia, sus casi 17.000 empleados se reparten el tiempo de trabajo, con reducciones de jornada y sueldo diferentes según los distintos departamentos, más reducción en el caso del personal de vuelo (en diciembre operó al 40% de su capacidad) y menos en secciones como mantenimiento y atención al cliente.
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