Iceta, el cambio de cartera más inesperado


Posiblemente, Miquel Iceta ha protagonizado el cambio de cartera más inesperado de todos los que ha anunciado el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez nombró el 26 de enero al líder de los socialistas catalanes ministro de Política Territorial y Función Pública coincidiendo con la minirremodelación provocada por la decisión de Salvador Illa, entonces ministro de Sanidad, de ser el candidato socialista a las elecciones del 14-F en Cataluña. Ahora Iceta se encargará de Cultura y Deportes. Su paso por Política Territorial ha sido tan fugaz que apenas ha durado seis meses.

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La gran duda es si su nombramiento cuestiona o no el rol que podía tener Iceta en la mesa de diálogo entre los dos Gobiernos para abordar el conflicto soberanista. Sea como sea, Iceta es un político sólido, de aires florentinos, lengua afilada, rápidos reflejos y con una larguísima experiencia política. Fue director del departamento de análisis del Gabinete de la Presidencia del Gobierno entre los años 1991 y 1995 y subdirector entre 1995 y 1996. En estos meses al frente del ministerio ha logrado impulsar un pacto suscrito con los sindicatos para atajar la temporalidad en la Administración y otro acuerdo que permite a los empleados públicos teletrabajar tres de cinco días a la semana.

Primer secretario del PSC durante buena parte del procés, Iceta, cansado de la política catalana, se postuló para ser presidente del Senado, pero los diputados independentistas vetaron su candidatura. Iceta es, de hecho, uno de los políticos que despierta tanto rechazo entre sectores del independentismo como en el PP y Ciudadanos, que siempre le señalan como inductor potencial de gobiernos de izquierda. Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, le ha acusado esta mañana, en un acto en Barcelona para celebrar el 15º aniversario del nacimiento del partido, de haber sido el primero que “cascó” la posibilidad de que hubiera indultos y le ha calificado así: “O es un separatista camuflado o no tiene principios”.

Amante de los poemas japoneses y de la cultura —no se sabe si tiene afición a los deportes—, Iceta ha intentado establecer puentes en favor de una España plurinacional y de corte federal sin encontrar muchas veces complicidades en uno y otro lado. Este jueves expresaba su decepción con Pere Aragonès por rechazar una mesa de diálogo entre partidos catalanes. Iceta no fue a visitar a los presos del procés a Lledoners. En el Pati dels Tarongers, en el Palau de la Generalitat, el día de la toma de posesión del nuevo presidente del Gobierno catalán, coincidió con Oriol Junqueras, entonces de permiso cacelario. “¿Cómo estás?”, le preguntó.“Tú, seguro que mejor que yo”, respondió el republicano.


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