Iñaki Urdangarin habla en su primera entrevista tras la cárcel sobre sus hijos y su deseo de “mirar hacia delante”

Son tiempos de cambio para Iñaki Urdangarin. El exjugador de balonmano del F. C. Barcelona y de la selección española, de 54 años, obtuvo el pasado 2 de marzo la libertad condicional, lo que le permite asentarse definitivamente en Vitoria. Eso no significa que haya acabado su condena, de 5 años y 10 meses, a causa de su implicación en el caso Nóos, algo que ocurrirá en abril de 2024; si Urdangarin incumple las condiciones impuestas para este régimen, tendría que volver a la cárcel. Este no es el único cambio para él. En enero fue retratado de la mano de una mujer que no era la infanta Cristina, por lo que él y la hija del rey decidieron emitir un comunicado conjunto pocos días después donde explicaban que habían decidido “de común acuerdo, interrumpir su relación matrimonial”.

Con todos esos mimbres, y ya como un hombre prácticamente libre, el exdeportista decidió conceder una entrevista en El Partidazo de la cadena COPE. Sentado en los micrófonos junto a Juanma Castaño, el exduque de Palma volvió por primera vez en años a charlar con un comunicador de forma pública. En un programa eminentemente deportivo, el deporte fue por tanto el foco de la entrevista. Urdangarin habló acerca de su carrera, pero también de la que está iniciando su hijo Pablo, también jugador de balonmano y también del Barça. “Sentí emociones muy lejanas, vuelven a aparecer, te encuentras con un hijo que está en la misma situación que tú en aquella época. Es muy emocionante, estoy muy orgulloso de lo que está haciendo Pablo”, explicó, contando que para el joven no había sido fácil formarse porque habían vivido en países donde el balonmano era prácticamente inexistente, y que le había puesto mucho empeño.

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“Me encuentro muy orgulloso de lo que está consiguiendo, independientemente de donde vaya a llegar”, dijo sobre el joven, de 21 años, del que destacó su carácter tranquilo. “Es una persona educada, ha recibido una educación razonable, su carácter también le ayuda a afrontar momentos de estrés de forma cómoda”, afirmó.

Acerca de su propio futuro profesional, el exduque aseguró que quería “mirar hacia delante”. “En este sentido volver al deporte y a la gestión sería uno de mis objetivos”, reconocía. “Siempre me he encontrado muy bien en el mundo de deporte. El balonmano ha sido mi segunda familia. Si no es en el deporte como también he estado vinculado a la empresa, gestión de la empresa”. El pasado día 5, Iñaki Urdangarin acudió al Palau Blaugrana, en Barcelona, para la gala que conmemoró los 50 años del primer encuentro de balonmano en el Palau Blaugrana, el 23 de octubre de 1971, y allí se reencontró con compañeros y posó con ellos y con su hijo Pablo.

Iñaki Urdangarín habla con su hijo Pablo tras el encuentro de Liga Asobal entre el Barça y el Fraikin Granollers que conmemoró los 50 años del primer encuentro de balonmano en ese escenario, el 5 de marzo de 2022.Quique García (EFE)

El exduque de Palma habló someramente de su vida personal, dejando siempre fuera de la conversación su situación sentimental, a la infanta Cristina y su compañera Ainhoa Armentia, con la que fue fotografiado paseando en enero. Sí que comentó, por ejemplo, que durante un tiempo sintió que vivía una cierta persecución por parte de los medios. “Sí tuve un linchamiento mediático importante. Recuperar el equilibrio de lo que se dijo es muy difícil”, reconoce. Además, contó que durante su paso por la cárcel de Brieva se aferró a la lectura y al deporte, porque gracias a que había “algunas máquinas para poder hacer cardio y algunas pesas y colchonetas” realizaba un par de horas de ejercicio diario. También leyó 168 libros, explicó.

Aunque el todavía cuñado del rey Felipe dio alguna pincelada de su estancia en prisión, también se sintió visiblemente incómodo cuando se trató de indagar en esa cuestión, algo que dijo que había sido “duro, muy duro”. “Por las condiciones en las que entré, por los años de intentar convencer y por las circunstancias que viví en soledad”, afirmó, e hizo una petición: “No me gustaría destapar, en un programa deportivo, asuntos de mi pasado personal, prefiero mirar adelante. Es una etapa de mi vida que he cerrado con esta libertad condicional, creo que con un comportamiento muy bueno y en un tiempo extraordinariamente rápido. No es una situación que me gustaría recordar ni creo que personas que hayan tenido experiencias como la mía la quieran recordar”.

De hecho, Castaño le llegó a comentar que le notaba “incómodo con temas que no tienen que ver con el deporte”. “No quiero hacerte pasar un mal rato”, se disculpaba el comunicador. “No estoy pasando un mal rato”, afirmaba Urdangarin, “pero venía a un programa deportivo y pensaba que íbamos a hablar más de temas deportivos. No pasa nada”. Castaño volvió a insistirle en que, como le había dicho “al principio”, le iba a tratar “con respeto”, pero no iba a dejarse ningún tema en el tintero. “Eres una figura del deporte de este país y, además de eso, hay una connotación muy especial. Y, como puedes entender, soy periodista. Si tengo a un personaje de la relevancia de Iñaki Urdangarin es como si tú estás solo delante del portero y tiras la pelota a la grada en vez de apuntar a la portería”, argumentaba, a lo que Urdangarin afirmaba: “Ese es tu punto de vista y yo te lo respeto”. Para acabar, Castaño le deseó “mucha suerte”. “Espero que te vaya muy bien y que la vida vaya por el camino de la felicidad, que, si tú dices que has cumplido y que estás tranquilo, la ley dice que has cumplido”, finalizó.


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