Inglaterra no puede fallar ante Dinamarca

Inglaterra siempre ha cargado con el estigma de querer ser diferente al resto, señalada con el dedo por un Brexit que no satisfizo a todos. A falta de entenderse como sociedad, no hay mejor manera de que unos y otros se reconcilien que con la Eurocopa, alternativa de consenso en cualquier rincón del país. Solo el choque ante Dinamarca separa al conjunto de Gareth Southgate de jugar por primera vez en su historia una final que, como la antesala, también se dirime en Wembley.

Inglaterra no puede permitirse fallar este miércoles. Tiene un largo historial de decepciones pero sabe que esta tiene que ser la definitiva. La Eurocopa ha generado tanto apego que hasta a quien el fútbol le deja indiferente va a sentarse en esta ocasión a ver a la selección inglesa. Los jugadores han aprendido de los errores del pasado. “Hemos rebobinado aquella derrota frente a Croacia en las semifinales del último Mundial y no queremos que se repita”, explicó este martes, víspera de la semifinal contra Dinamarca, un optimista Harry Maguire.

Lo cierto es que el buen trabajo llevado a cabo por Southgate desde su llegada en 2016 aún tiene que materializarse en un gran título. Y, como dijo Harry Kane ayer, “estamos ante una gran ocasión”. Que los ‘pross’ desde luego no quieren, no pueden desaprovechar. Inglaterra jugará además en casa, ante su afición, en un Wembley con 60.000 espectadores de los que solo unos 8.000 serán daneses, debido a las restricciones en el Reino Unido debido a la pandemia del Covid-19.

Dinamarca, campeona de Europa contra todo pronóstico en 1992, puede sentirse liberada después de haber mejorado cualquier pronóstico. Nadie imaginaba al equipo de Hjulmand en las semifinales de esta fase final, mucho menos después del contratiempo que supuso el abandono prematuro de Christian Eriksen por un paro cardiaco sufrido en el primer partido, que dejó a todos con el corazón en un puño.

Los escandinavos empezaron la Eurocopa con aquella conmoción y además perdieron contra Finlandia (0-1). Ahora sueñan con repetir la hazaña de 1992 y están ya a solo dos partidos de lograrlo.


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