Investigadores buscan en aguas residuales de la CDMX e Hidalgo rastros de Covid-19 / Video

Investigadores buscan en aguas residuales de la CDMX e Hidalgo rastros de Covid-19 / Video

Científicos de la UNAM diseñaron una metodología poco convencional para identificar anticipadamente áreas de brotes o zonas donde las olas de contagio por Covid-19 se puedan presentar; con ello se implementarían, con antelación, acciones de control de la pandemia.

A través de un boletín, la Máxima Casa de Estudios informa del proyecto “Potencial de diseminación ambiental de SARS-COV-2; un enfoque de riesgo a partir del suelo y ciclo urbano en el centro de México“, mediante el cual se monitorea en tiempo real los desechos que llegan a las aguas residuales, a fin de ubicar cualquier rastro del virus.

Desde el inicio de la pandemia, informa la UNAM, el equipo de investigadores ha recolectado muestras de las aguas residuales provenientes de los hospitales de la Ciudad de México y en los canales de distribución de agua en los campos agrícolas del Valle del Mezquital, en Hidalgo.

Foto: UNAM

Las tomas son repartidas a tres laboratorios de la UNAM: el Instituto de Geología (IGI), la Facultad de Medicina (FM) y el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT); en estos, los expertos realizan la evaluación de las muestras y su actividad microbiana.

El objetivo del proyecto es proporcionar elementos a los tomadores de decisiones para que detecten con antelación brotes de Covid-19. Además, seguir los restos del virus y los fármacos en el agua residual para ver cómo se dispersan, explicó Rodolfo Zanella Specia, director del ICAT.

Cuando las personas se enferman de Covid-19 liberan cantidades del virus, activos o inactivos, a través de la materia fecal. Por ello, los investigadores de la UNAM consideran que esa es una forma inmediata de detectar un brote en una comunidad.

Foto: UNAM

Asimismo, realizan experimentos para evaluar qué pasa con la respiración del suelo; es decir, con la actividad microbiana que vive ahí, en presencia del agua residual que contiene fármacos y virus.

“Hemos encontrado que el SARS-CoV-2 no llega a los campos agrícolas, pero en el caso de los medicamentos detectamos que la Dexametazona es retenida en el suelo de forma más importante que la Ivermectina, lo que puede retrasar o impedir su llegada al acuífero. Y en la Azitromicina, los resultados aún no son claros”, destacó la investigadora Blanca Prado.

La Dexametasona y la Azitromicina se comportan conforme a las olas de contagio; mientras que la Ivermectina no tiene ese comportamiento, sino que aumentó en un momento en la pandemia y se ha mantenido su concentración en el agua residual, añadió Zanella Specia.

Este estudio busca estandarizar métodos para identificar al virus y evaluar si el proyecto puede funcionar como herramienta de alerta y, también, definir el destino de las partículas virales en el sistema, afirmó el académico de la FM, René Arredondo Hernández.

Los resultados del trabajo de los investigadores de la UNAM se darán a conocer en 2023, con el objetivo de generar una alerta temprana sobre la presencia de virus en un determinado lugar geográfico.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos lanzaron el Sistema Nacional de Vigilancia de Aguas Residuales (NWSS), en septiembre de 2020, con el objetivo de rastrear la presencia del Covid-19 en muestras de aguas residuales.

En enero de 2022, el equipo encontró un conjunto de fragmentos virales que poseen mutaciones inéditas de Covid-19 nunca antes vistas en el mundo y que fueron identificados como linajes crípticos.


Source link