La tensión entre Estados Unidos e Irán, así como los conflictos políticos en Venezuela deberán tener una respuesta del gobierno de México, quien basa su diplomacia en su relación con el gobierno estadounidense.
Un alto nivel de incertidumbre prevalece en torno al nuevo conflicto en Medio Oriente que ha derivado del asesinato ordenado por la administración de Donald Trump del general iraní, Qasem Soleimani, en la capital de Irak, y las repercusiones que esta situación podrían traer a México.
Durante su participación en la Mesa Política de Aristegui Noticias, Sergio Aguayo, Denise Dresser y Lorenzo Meyer coincidieron en que nuestro país deberá asumir una postura diplomática, aunque reconocen que, históricamente, nuestro país basa su diplomacia en su relación con Estados Unidos.
Para Sergio Aguayo sería importante que a Donald Trump no se le ocurra endurecer en algún momento las políticas hacia México, “porque eso sí nos afectaría directamente a nosotros, en un año particularmente difícil”.
Para el historiador, Lorenzo Meyer, las acciones bélicas de Donald Trump levantan “polvos de antiguos lodos”, que remontan a la invasión de Estados Unidos a Irak, con la falsa excusa de que el régimen de Sadam Hussein estaba desarrollando armas de destrucción masiva.
“Si en 2003 (Estados Unidos) invadió Irak con una argumentación falsa, ¿está justificado el argumento de matar al general Soleimani, porque tenía planeado hacer algo en contra de los intereses norteamericanos, pero aún no había hecho nada?”.
Por su parte, Denise Dresser considera que este conflicto internacional obedece a los intereses políticos del presidente Trump, quien llegó a la presidencia buscando distanciarse del legado de Obama, incluyendo el acuerdo de no proliferación nuclear.
También opinó que el supuesto ataque contra Estados Unidos que planeaba Qasem Soleimani es una “caja china, un gran distractor del proceso de impeachment”.
“El escenario preocupa porque ya lo veíamos venir desde que Trump asumió la presidencia, que era un hombre intempestivo e irracional, con una gran ignorancia de cuestiones geopolíticas, al frente de la política exterior estadounidense, y con la capacidad de iniciar una conflagración mayor”.
Postura ante Venezuela
Respecto al conflicto político en Venezuela, que resultó en bloqueo del acceso de legisladores de oposición a la Asamblea Nacional, y en la toma de control del bloque madurista de la presidencia, Sergio Aguayo consideró urgente que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pronuncie al respecto.
“Estamos ante la exclusión del principal opositor al régimen de Nicolás Maduro”, agregó.
Para Denise Dresser, México debe asumir una postura mucho más contundente, frente a lo que considera “una clara violación a los procesos democráticos”.
“Es un intento más por parte de Maduro por acabar con la oposición, de acabar con los contrapesos, y seguir desmantelando los barandales democráticos”.
Dresser lamentó la “timidez del gobierno mexicano”, y pidió que la Cancillería asuma una postura tan clara como la que asumió tras la salida de Evo Morales de la Presidencia de Bolivia.
Lorenzo Meyer, explicó que, históricamente, México ha basado su política exterior mexicana en función de mantener su buena relación con Estados Unidos.
“Lo mismo ocurrió cuando empezó el problema cubano, la posición mexicana en los años sesentas se dió vueltas y vueltas para no apoyar directamente a Cuba, pero tampoco la posición norteamericana”.
Ve aquí la discusión sobre Irán y Venezuela en la Mesa Política: