Irene Paredes: “De pequeña ni sabía que había equipos de chicas mayores”


“¿Pero tú de dónde has salido con esas pintas? ¡Pareces sueca!”, le soltó Erika Vázquez, histórica jugadora del Athletic, el primer día que Irene Paredes (Gipuzkoa; 30 años) se presentó a entrenar en Lezama. Sus 178 centímetros de altura y su pelo rubio le dieron un mote que todavía la acompaña: Sueca. “Sobre todo, en las veteranas”, bromea la defensa del Barcelona, que este miércoles (18.45, Dazn) recibe al Real Madrid en el Camp Nou en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions (1-3 en la ida para la azulgrana). En la previa de este nuevo clásico, Paredes aparece antes que ninguna otra de sus compañeras en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Ya ha paseado a su perro bóxer después de dormir ocho horas. Ahora con interrupciones, después de que el pasado septiembre se haya estrenado como madre de Mateo junto a su pareja, la jugadora de hockey hierba Lucía Ybarra. “De momento, tiene dos sticks. Pero espero que juegue al fútbol”, sonríe Paredes.

Pregunta. Pasaron 10 temporadas desde que Erika Vázquez la bautizó como Sueca y 13 desde que debutó en la Real Sociedad…

Respuesta. Parece que ha pasado más tiempo, ¿verdad? En los últimos 10 años todo ha cambiado mucho. La etapa en la Real la recuerdo como muy bonita a pesar de que el fútbol no estaba muy desarrollado y éramos todo lo profesionales que podíamos, con los recursos que teníamos. Todavía quedamos algunas como Alexia [Putellas], Jenni [Hermoso] y Marta [Torrejón], que hemos vivido toda esta gran transformación. Y, entre nosotras, lo solemos hablar. Muchas anécdotas, algunas no sé si las soportaríamos.

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P. ¿Cómo cuáles?

R. Como entrenar a las ocho de la tarde, después de pasarte todo el día estudiando o trabajando. En el caso de algunas jugadoras, las dos cosas, para terminar por la noche en la Ciudad Deportiva.

P. ¿Y si le cuenta todo esto a Claudia Pina [canterana del Barcelona, de 20 años, campeona mundial sub-17 y subcampeona sub20 con España]?

R. Se reiría. Alexia se tuvo que ir del Barça porque no había equipos y ahora es Balón de Oro. Todo esto es súper reciente y parece que han pasado no sé… mil años. Pero ha sido guay todo lo que hemos vivido.

P. ¿En qué sentido?

R. Valoras más las cosas. Y, por suerte, al menos hemos vivido la transformación. Yo he tenido muchas compañeras que se retiraron sin vivir este cambio. Nosotras vivimos lo malo, pero también lo bueno. Pina solo ha vivido lo bueno.

P. ¿Piensa en el dinero que dejó de ganar?

R. No, no juego al fútbol por pasta. De pequeña no imaginaba que podía ser futbolista. No tenía referentes, ni siquiera sabía que había equipos de chicas mayores. Y eso que, en esa época, yo que soy de Gipuzkoa, estaba el Añorga, que ganaba Copas [conquistó tres Copa de la Reina: 1990, 1991 y 1993]. Pero nadie les daba voz. No salía ni en los periódicos ni en la tele. Sabía que en Alemania había equipos femeninos, en Estados Unidos… pero era algo muy lejano. Disfrutaba de jugar, pero sin tener la meta de ser profesional.

P. ¿Hasta que llegó al Paris Saint-Germain?

R. El primer cambio lo viví cuando pasé al Athletic. Quizá fue cuando todo pasó a ser más serio. Coincidió con el momento en el que el fútbol en España empezó a crecer más y el Athletic, como pionero, siempre estuvo un poco por delante. Después, cuando llegué a Francia, me encontré con una liga muy física. En España, en aquella etapa todavía no se le daba mucha importancia a lo físico, el trabajo se basaba en aspectos técnicos y tácticos. Y me encontré con un equipo súper físico. Chocabas con una jugadora como [Marie-Antoinette] Katoto y te mataba. Entonces, me tuve que adaptar. Si mi rival era más rápida, tenía que salir antes. Si era más fuerte, tenía que pasar más horas en el gimnasio.

P. ¿Esperaba que el Barcelona ganara la Champions?

R. Esperaba que la ganara el año de Bilbao [2020]. Hace años que coincido con muchas de las jugadoras del Barça en la selección. Hablaba mucho con ellas y sabía cómo estaban trabajando. Y aunque mucha gente podía pensar que la liga española es muy débil y Europa no, y eso puede ser verdad, yo tenía claro que la iban a ganar.

P. ¿Por qué?

R. Por cómo se entrena y por cómo se trabaja en el Barcelona. Pero también por el salto de calidad que habían hecho en el aspecto físico.

P. ¿Le costó la adaptación?

R. Es parecido a la selección, pero aquí se trabaja mucho. Y te tienes que adaptar. Hay muchas cosas que no hacía en el PSG. Pero cuando entiendes lo que te pide el entrenador es una cuestión de tiempo para que las piezas encajen.

P. ¿Le sorprendió el Real Madrid en el partido de ida?

R. Me sorprendió que nos bloqueáramos un poco cuando marcó el Madrid. Pero era una situación nueva para nosotras. No nos había pasado en la temporada, menos frente a un equipo de la liga. Pero, por lo demás, no me sorprendió. El Madrid tiene muy buenas jugadoras, muchas compañeras de selección, y con Alberto Toril lo están haciendo muy bien. La referencia no era el último partido de la liga en el Johan (5-0), tenían muchas bajas. A ellas les dio mucha fuerza jugar en su casa y luego en el minuto ocho se encuentran con un gol. Nos pueden hacer daño. Ya lo hemos visto. Pero sin hacer el mejor partido del año, lo sacamos adelante.

P. ¿Cómo se imagina el Camp Nou?

R. El Camp Nou impone. Y eso que las veces que he ido no había tanta gente como se espera que vaya contra el Real Madrid. Pero este partido es mucho más que el hecho de jugar en el Camp Nou.

P. ¿A qué se refiere?

R. A todo lo que este partido supone. Las entradas se vendieron con mucha anticipación. Y a nadie le obligan a comprar una entrada. Van porque te quieren ir a ver y eso es muy bonito. Es una oportunidad para que la gente que no pueda ir al Johan vaya al Camp Nou. Encima en un partido de Champions.

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