Isabel II y Felipe de Edimburgo, siete meses reunidos y un invierno separados

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No están siendo tiempos fáciles para la familia real británica. Como cualquier otro ciudadano de edad, Isabel II y su esposo, Felipe de Edimburgo, se están viendo obligados a mantener distancia y precauciones para evitar contagiarse de coronavirus. Por ello se mantienen aislados desde marzo en el castillo de Windsor, a una hora de Londres. Sin apenas dejarse ver, algunos califican ya a Isabel II como una “reina virtual” y afirman que estos son los últimos coletazos de su reinado.

Pero que no estén presentes en la vida de sus ciudadanos no significa que no les ocurran cosas. El menos visible estos meses, ha sido el esposo de la reina, Felipe de Edimburgo, retirado desde hace más de tres años. Sin embargo, nuevas informaciones apuntan ahora a que el príncipe consorte, de 99 años, estaría sufriendo a causa del dolor que le ha provocado la salida de la familia real británica de su nieto Enrique y de la esposa de este, Meghan Markle.

Según Ingrid Seward, biógrafa que ha escrito libros acerca de diversos miembros de los Windsor, el duque de Edimburgo está “decepcionado” por cómo se ha desarrollado la salida de Enrique y Meghan. Según ha explicado Seward en la cadena británica ITV, su reacción se debe al profundo sentido del deber de Felipe, desarrollado desde que era muy joven. Felipe se casó con la entonces princesa Isabel en 1947 y desde entonces se convirtió en su consorte, pero ya años antes había sido un joven con una compleja historia familiar que le obligó a dejar su Grecia natal para vivir en Reino Unido, donde tuvo que emprender una nueva vida.

Para Seward, el príncipe se ha sentido también muy dolido y le ha costado llevar los escándalos generados por su tercer hijo, el príncipe Andrés, cuya relación con el pedófilo estadounidense Jeffrey Epstein le ha hecho salir por la puerta de atrás de la familia, abandonando todas sus funciones públicas. Según la biógrafa, Felipe de Edimburgo está “pasando todo un duelo” porque algunos de sus hijos y nietos no hayan heredado ese intenso sentido del deber y porque no estén siendo ejemplares. “Por tanto, a Felipe le duele profundamente que los más jóvenes de la familia no parezcan compartir sus valores”, escribe en el diario Daily Mail.

Felipe de Edimburgo ha hecho grandes esfuerzos por intentar comprender exactamente por qué la joven pareja formada por Enrique y Meghan, que aparentemente lo tenía todo de su lado, querría cambiar su privilegiada vida por una existencia más corriente. “Ha sufrido mucho, por ejemplo, por lo que lo que ve como un abandono por parte de su nieto Enrique de sus tareas, por que deje su tierra natal y todo lo que amaba por una vida egoísta y de famoso en Norteamérica. Se le ha hecho muy difícil comprender exactamente qué era lo que hacía la vida de su nieto tan insoportable. Hasta donde sabe Felipe, el matrimonio lo tenía todo: una casa perfecta, un hijo sano y una oportunidad única para lograr un enorme impacto global con sus tareas solidarias”.

Enrique de Inglaterra no ha explicado completamente los motivos por los que ha abandonado la familia real británica, pero sí ha dejado ver en más de una ocasión que la decisión también ha sido suya y no solo de su esposa Meghan, y que estaba tomada desde meses antes de que lo anunciaran. El hijo menor de Carlos y Diana sí ha dejado ver en más de una ocasión lo molesta y complicada de manejar que podía llegar a ser la constante persecución de la prensa, recordándole al continuo acoso que sufrió su madre, y cómo no quería que su esposa llegara a sufrir de tal manera.


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