Isabel Pantoja no puede más y da un paso para encontrarse con su hijo Kiko

Dicen que la distancia es el olvido, aunque no siempre resulta cierto. La que separa a Isabel Pantoja y Kiko Rivera, madre e hijo, no es demasiada si tenemos en cuenta que, desde la finca Cantora, en Medina Sidonia (Cádiz) donde vive la cantante, a Castilleja de la Cuesta (Sevilla), lugar de residencia de Kiko Rivera y su familia, hay solamente 127 kilómetros. Hora y media de trayecto que ninguno quiere recorrer, que ambos evitan. Sin embargo, los ocho meses de ruptura pesan demasiado y, aunque ni se hablan, ni se llaman ni se entienden, uno de los dos ha dado el primer paso, o al menos, según mi información, eso parece.

Isabel Pantoja y Kiko Rivera
Isabel Pantoja y Kiko Rivera están separados por 127 kilómetros / Gtres

Ambos lo están pasando mal desde que el cisma familiar les estallara en sus propias manos y tienen claro que solo ellos pueden arreglarlo. En el punto de mira, Cantora, la finca que Paquirri dejara en herencia a su hijo menor, propiedad que comparte con su madre al conmutar la cantante el usufructo que, en sus últimas voluntades, le dejó su marido. Cantora les une y ahora les desune, les separa. Convencido Kiko de que vender su parte (47,60) es la mejor decisión, optó por enviarle un requerimiento notarial a su madre en el que, además de solicitarle una rendición general de cuentas y documentación sobre la administración de la finca, en sus manos desde que él era un niño, le comunica de manera fehaciente su intención de vender su parte de Cantora. Las cosas entre ellos siguen mal y Kiko ha perdido la esperanza de que su madre le de voluntariamente las explicaciones que él considera necesarias sobre la gestión de su herencia. El requerimiento es la primera opción que maneja y en el escrito le deja claro que no bromea, que él vende. Los asesores de Isabel inician conversaciones con los de Kiko, tal y como adelantó Look. No parece que, de momento, hayan llegado a ningún acuerdo, pero, alguien muy cercano a los Rivera Pantoja me detalla que Isabel, “quiere reunirse con su hijo como fuera”. Intento confirmar si le ha llamado o le ha enviado algún mensaje, pero no es así. La artista quiso reunirse con Kiko, “a toda costa” y para ser más exactos “ese encuentro debería ser, a ser posible, en Madrid”. No se lo pidió directamente, no. Fueron sus abogados, un equipo recientemente contratado, quien se lo propone al DJ. Kiko dice no. No a reunirse con ella, no a verla, no a encontrarse. Según recibí la información, no entendía nada. ¿Tantos meses esperando una llamada, un primer paso y ahora no accede a verla? ¿Qué es lo que pasa?

Isabel Pantoja y Kiko Rivera
La artista quiso reunirse con Kiko, “a toda costa” en Madrid, pero Kiko dijo «no» / Gtres

No sé si tendrá que ver con que la actitud de Isabel no ha sido la mejor, según me cuentan. En el mencionado requerimiento notarial que, tras varios intentos fallidos, consigue que su madre reciba, Kiko pedía que le entregara las pertenencias personales que su padre le dejó en herencia y que se guardan en Cantora desde que el diestro falleciera en septiembre de 1984. Él mismo lo contó en el programa ‘Sálvame’. Su madre no le entrega, por ahora, nada. Entiendo que Kiko no pueda digerirlo. Primero se lo niega a sus hermanos mayores, Francisco y Cayetano: no están en Cantora; los robaron. Ahora, cuando él pregunta por la gestión de Cantora, tampoco aparecen sus cosas. Me da que esto va de mal en peor.

Kiko Rivera
La respuesta de Rivera fue contundente / Gtres

Creo que no fui la única en quedar pegada a la pantalla cuando el pasado octubre, durante la entrevista de Kiko Rivera en Sábado Deluxe, madre e hijo se enzarzaron en una discusión sin sentido. Kiko contaba esa noche que pasaba por un mal momento, que se encontraba “en el subsuelo”, que se sentía solo y que le costaba tirar para adelante con su vida. La llamada de Pantoja para apoyar a su hijo terminó por incendiar la mecha de Kiko quien no recibió bien ninguna de las palabras de su madre.

Escuchando a Kiko y luego a Isabel, mi impresión, entonces, fue que el DJ exageró la situación disfrazando de presunta depresión el mal momento por el que pasaba. La pandemia le había dejado sin trabajo y sin ingresos, como a tantos españoles. Parecía que aprovechaba los focos y las cámaras de plató para liarle una buena a la mismísima Pantoja, su madre, y dar contenido a la entrevista.

Isabel Pantoja y Kiko Rivera
Parece que su cara a cara tendrá lugar en los tribunales / Gtres

No es la primera vez que cuento que el martes siguiente en ‘El Programa de Ana Rosa’ Isabel entró muy enfadada, “harta de tantas mentiras”. Esa misma tarde le dije lo que pensaba. La llamada a ‘Sábado Deluxe’ fue muy dura. “Creo que tu hijo te engaña. Está exagerando”, me atreví a decir. Sabía que lo habían visto por Triana muy relajado y de risas. Hablamos largo rato. Le dije que fuera a verlo, que tenían un problema que resolver. Pero había mucho más detrás. Su hijo le reprochaba su falta de transparencia de toda una vida y fue explicándolo en sucesivas entrevistas. Ocho meses después, madre e hijo siguen enfrentados, uno contra otro, pero también contra ellos mismos. ¿Realmente hace falta acudir a los tribunales? Son solo 127 kilómetros.


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