Isak: solo ante el peligro

Nada hacía presagiar, según bajaba el sol al fondo, donde se atisba desde El Alcoraz el Pirineo aragonés, que la tarde iba a ser un espectáculo de luz y color. Los que quisieron ver en el Huesca-Real una grandiosa colección de arte, tuvieron que conformarse con el atardecer que un cielo raso regala ante la ausencia de nubes. Porque si se empeñó en esperar hasta el final, la única bocanada que dejó el áspero partido fue una acción confusa. No demasiado estética, más bien fea. Como el paisaje en que se fue metiendo sin querer la Real.

Y eso que siempre cabe apelar a la esperanza con futbolistas de la talla de Portu, Oyarzabal, Januzaj o Isak. Hasta Monreal, en un momento dado, en jornadas en las que se incorpora con más asiduidad al ataque. Parece el navarro desgastado en los estertores de una campaña muy larga. La Real nota que le falta fuelle.

Con más razón, había que seguir esperando el chispazo de las estrellas. La Real tiene dónde elegir. Aunque las fuerzas flaqueen. A saber: un desmarque de Portu; una conducción de Oyarzabal; un malabar de Januzaj. Los tres estaban en el campo. Otra cuestión fue que se les viera. El ordenado y presionante Huesca eliminó las vías de agua.

Un tiro cada media hora

El recurso al que se pudo aferrar la Real fue David
Silva. Imanol anticipó la víspera que prefería no arriesgar con el grancanario, pero vio que era de obligado cumplimiento tirar de un creativo mediapunta. En 25 minutos, un poco del campeón del mundo fue suficiente para agitar un tanto el avispero. Poco más. Silva salió por un Oyarzabal que se despidió de Huesca con más pena que gloria. Igual que Januzaj, perdido en la falta de intensidad. Portu, de mal genio, no pudo frotar la lámpara. Y a la Real se le caían los argumentos.

El asidero fue Alexander
Isak. El mejor atacante de la Real en El Alcoraz estuvo solo ante el peligro. Quizá demasiado. O tal vez no, si Álvaro
Fernández no se llega a interponer en el camino del sueco. Dos paradas del portero que vigila la Real frenaron al delantero.

Ander
Guevara fue el único realista además de Isak que lanzó a portería. 23 segundos tardó el centrocampista en llegar al área para empalar a bote pronto. El intento viajó muy centrado. La tarde prometía por aquello de que la ocasión abrió el partido. Pero no. La escasez imperó. Y la Real sólo pudo seguir tirando a puerta una vez cada media hora.

Isak provocó el paradón de Álvaro en el minuto 31, con un derechazo desde el costado. Y, puede que hasta el gorro de esperar, se animó con una falta directa desde 30 metros que atajó Álvaro. Una de las peores jornadas de cara a gol fue letal para la Real.


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