Era febrero de 2022. Hacía tan solo unas semanas que Isidre Esteve había llegado a casa tras completar su 17ª edición del Rally Dakar, la séptima en coche tras 10 en moto. Y en lugar de dedicar un tiempo necesario para el descanso, ya estaba manos a la obra, trabajando para el Dakar de 2023. Así es este deporte. Cuando acaba una edición, empieza la siguiente. Y así es Isidre Esteve (15 de mayo de 1972, La Seu d’Urgell) , luchador nato que busca insistentemente el máximo rendimiento en todos sus proyectos y que busca siempre dar pasitos al frente, año tras año, sin importar los obstáculos que tenga en frente. Quién conoce a Isidre sabe que entre todas sus características está la de la insistencia y la constancia. Cuando se le mete algo en la cabeza, es difícil sacárselo. Va a ir a por ello con todas sus fuerzas y no va a parar hasta lograrlo. En esos primeros días de febrero, Isidre ya tenía muy claro cómo tenía que ir al Dakar de 2023 y charlaba con MD con el manos libres, desde su coche, mientras se dirigía a Madrid a convencer a gran parte de sus patrocinadores. “Hemos de luchar por tener un T1+. Tenemos un equipo muy sólido, hacemos las cosas muy bien, trabajamos muchísimo y hemos de ser capaces de encontrar la fórmula de poder ir con un T1+ al Dakar 2023. Haremos el máximo esfuerzo para ir con un T1+. Ahora tenemos que ver cómo lo hacemos, pero ese es mi máximo objetivo ahora”. Ese mismo discurso es el que le iba a defender en sus reuniones posteriores. Meses después, este 21 de noviembre, Isidre Esteve presentaba junto a su copiloto Natxo Villalobos su proyecto para el Dakar 2023. Y adivinen… sí, con un Toyota Hilux T1+.
“Presentamos el proyecto de nuestras vidas, lo que siempre habíamos soñado. Lo hablábamos , queríamos que llegara el día de poder ir al Dakar con un coche con grandes prestaciones que nos permita luchar un poco más de tu a tú con nuestros rivales”. No es para menos. Desde su accidente en 2007, que le obligó a dejar las motos y a cambiar totalmente su vida, cuando regresó a la competición en coche, su lesión y la silla de ruedas jamás le frenaron. En ese momento, su sueño era trazar un largo camino hacia, algún día, llegar al punto de no solo ir al Dakar, sino hacerlo con un proyecto competitivo. Y ese día ha llegado.
La insistencia de Isidre Esteve estaba fundamentada. En el Dakar del año pasado se estrenaron los T1+, una nueva categoría de coches para igualar prestaciones entre los vehículos de dos ruedas motrices (buggies) de años anteriores, con ruedas más grandes y mayor recorrido de suspensión, y los 4×4. Así, los vehículos top del Dakar se englobarían en esta nueva categoría, la primera clase. Y en segunda instancia estaban los T1, como el que llegaba Isidre Esteve al Dakar 2022. Los T1+ competían con ruedas más grandes y mayor recorrido de suspensión. Así, en un camino de piedras, mientras Isidre lo tenía muy fácil para pinchar varas veces sus ruedas, los T1+ pasaban a toda velocidad sin pinchar, por poner un ejemplo. En todos los terrenos eran superiores. No tenía sentido regresar a la carrera más dura del mundo si no era con un vehículo de esas características. Así, el Repsol Rally Team y sus patrocinadores hicieron un esfuerzo mayúsculo para darle a Esteve el vehículo que necesitaba. Ahora sí, Isidre partirá hacia el Dakar 2023 consciente de que llevará un coche de máximas garantías, un T1+ que le permitirá disfrutar muchísimo más de la prueba a la par que progresa en la clasificación gracias a su mayor fiabilidad y prestaciones.
Eso sí, igual que Isidre, han sido muchos los pilotos que han dado ese paso a T1+ (unos 40) o que irán al Dakar con un buggie de 2 ruedas motrices, algo que hará que la competencia que tenga el piloto de Oliana sea enorme. Iside estará entre esos 50 pilotos competitivos. Pero con buenas armas, sus manos y la experiencia de Txema Villalobos en navegación, Isidre afronta el reto con la máxima ilusión. Por los muchos competidores que habrá con un T1+, no quiere hablar de un resultado concreto, pero sabe que en las difíciles etapas de dunas y navegación podrá marcar la diferencia y luchar meterse entre los 20 mejores del día. Su estrategia está clara: ser constante, fiable, con una buena gestión de la carrera y evitar al máximo los pinchazos.
Con este vehículo, Isidre no ha hecho más que disfrutar y brillar. Viene de ser 10º en el Andalucía Rally (4º en su categoría), pero sobre todo, viene de estrenarse con este coche en la prueba que sirve como mejor test dakariano, el Rally de Marruecos, donde Isidre conquistó su mejor resultado en una prueba mundialista, 7º absoluto.
“Este es un coche espectacular. Muy distinto. Es 24 cm más ancho, con una rueda mucho más grande, todo el peso está muy centrado en el coche y el motor va casi dentro de la cabina, permite afrontar las zonas más complicadas de carrera a una velocidad a la que todavía no estamos acostumbrados. El coche es mucho mejor que el del año pasado. Ha ganado músculo. Nos permite ir a otro ritmo. Ya lo hemos visto en Marruecos y Andalucía y espero que en Dakar podamos volverlo a ver”, apuntó este lunes en Barcelona.
Con combustible renovable
Además del gran valor humano y ejemplar de las gestas de Isire Esteve, hay que añadirle la labor de futuro que realiza poniendo a prueba el biocombustibles avanzado de Repsol en el Rally más duro del mundo, para que así la firma española pueda analizar sus prestaciones de cara a un futuro sin huella de carbono en la movilidad. El año pasado ya lo probó en Marruecos y el Dakar, un biocombustibles al 50%. Este año, será 75% renovable. Repsol pone a la disposición de Isidre 6.000 litros de este combustible, que debe ser clave para que en el futuro la movilidad no deje huella en el planeta.