Ivanovic recupera el carácter ganador de Baskonia


Para Baskonia, los títulos de 2002, 2002 y 2010 marcaron durante años la cumbre del proyecto liderado por Josean Querejeta. Desde entonces, la visibilidad del equipo en la lucha por los títulos ha sido puntual y el club se ha sostenido, en buena medida, por su presencia constante en Euroliga, muchas veces cuestionada a la vista de los méritos adquiridos en la última década.



En 2010 ganó su último título liguero, y desde entonces sólo había sido finalista en una ocasión (2018) con Pedro Martínez al frente. Eso no le valió al catalán para mantenerse un año más, siempre reemplazado por un Velimir
Perasovic que no pasó de cuartos en liga ni en Copa.

Perasovic sí que siguió en el inicio de esta temporada pero la marcha del equipo resultó más que decepcionante en la primera mitad de curso. Cuatro derrotas en los últimos cinco partidos de la Euroliga fueron el detonante para la destitución de croata el pasdo mes de diciembre. El Baskonia partió con una plantilla bastante justa, que se recortó todavía más con las lesiones de larga duración de Granger y Garino, luego también Vildoza. Al cierre de las competiciones por el coronavirus Baskonia era octavo en la liga con un balance de 12-11, peor que Casademont, MoraBanc o Bilbao, por poner tres ejemplos. En Euroliga marchaba con 12-16, o sea un total de 24-27. Es decir, acumulaba más derrotas que victorias por no hablar ya de que faltó a la cita habitual de la Copa.

Dusko
Ivanovic, que dejó el Besiktas unos días antes de su llegada a Vitoria, se comprometió hasta el final de la presente temporada en la que era su tercera etapa en el club tras estar entre 2000 y 2005 y repetir experiencia entre 2008 y 2012. Se trata del entrenador que más títulos ha conseguido con la entidad baskonista en toda su historia: tres Ligas ACB con esta, cuatro Copas del Rey y una Supercopa.

Ivanovic era el técnico en el último éxito de los vitorianos, la Liga conquistada en 2010, precisamente ante el Barcelona con una canasta y tiro libre adicional de Fernando San Emeterio en la última jugada. Una acción decisiva que ha repetido en este extraño 2020, saldado con un título liguero más, el cuarto en la historia de la entidad.


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