Jesús Mari Zamora, el sueño imposible del Barcelona

Jesús
Mari
Zamora y Xabi
Prieto protagonizan, junto a otros futbolistas que desarrollaron toda su carrera en sus clubs como Manolo
Sanchís, Fran, Julen
Guerrero, Carles
Puyol o Bruno
Soriano, el segundo capítulo de la cuarta temporada de Movistar, ‘Los otros’, dedicado en este caso a los ‘One club man’. Prieto es el emblema más reciente de la Real en esta categoría de jugadores que sólo conocieron unos colores pero el programa, que se estrenó en la noche del miércoles, pone en valor la dimensión de Jesús Mari Zamora, uno de los mejores futbolistas de Europa en los ochenta.

El autor del gol que dio la primera Liga de su historia a la Real en Gijón en 1981, de hecho, fue un sueño imposible para el Barcelona, presidido entonces por José Luis Núñez. El centrocampista de Errenteria, que debutó en la Real en febrero de 1975 con 20 años, se convertiría sólo tres años después en internacional y en 1980 disputó la Eurocopa de Italia. Sólo unos meses después del infausto partido de Sevilla, en el que la Real perdió la imbatibilidad en la penúltima jornada y, como consecuencia, el título, Zamora cuajó una sensacional actuación en el europeo lo que le situó en el radar de todos los grandes del continente. Entonces fue cuando intentó ficharle sin éxito el Barcelona.

Iñaki
Otegi, que posteriormente sería gerente de la Real durante casi cuatro décadas, se entrevistaba por aquel entonces con el presidente José
Luis
Orbegozo para acceder el puesto cuando éste recibió una llamada. “El Barcelona le ofreció 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros) cuando el presupuesto de la Real era de 400 millones (2,4)”. El propio Zamora dice no recordar las cifras pero sí que “suponía el 60% del presupuesto de la Real”. Otegi relata que Orbegozo respondió que “no queremos traspasar jugadores, queremos hacer un equipo campeón”. Un año después la Real ganaba su primera Liga en Gijón. “El representante no entendió muy bien cómo no se hizo la operación”, añade entre risas Zamora que, como todos lo jugadores de aquella época, hasta 1985, fueron víctimas del ‘Derecho de Retención. “Era una esclavitud para los jugadores”, admite el exgerente. “Los clubs podían retener a los futbolistas pagándoles el 10% más de su ficha, más el IPC del año anterior, aunque el jugador no quisiera firmar el contrato”.

Con el tiempo, esa ley que se abolió en 1985 fue una bendición para la Real ya que le permitió construir el mejor equipo de su historia. Zamora, en realidad, admite que “yo tampoco quería que se hiciera la operación”, en alusión a su posible traspaso al Barça. “Estábamos empezando, creando aquel equipo, y lo que yo quería era ganar más dinero pero quedándome aquí”, matiza el de Errenteria. Eso le posibilitó vivir los días más felices de su vida. “Eso es algo que no tiene precio”, dice tajante en alusión al título en Gijón y al posterior recibimiento en el que el autobús de la Real tuvo que ir parando por todos los pueblos de Gipuzkoa. “No cambiaría por nada todo aquel recibimiento”, dice desde la sinceridad Zamora. Y es que, como Xabi
Prieto apostilla en el reportaje en lo referente a su experiencia como ‘One club man’, “todo lo que consigues con el equipo de tu vida crea más impacto en ti y en los tuyos” y, por encima de todo “como en casa, muchas veces, no se está en muchos sitios”.

Porque al igual que Prieto, Zamora, Arconada, Aranburu o Gajate, sólo algunos nombres en la gran nómina de jugadores que en su carrera únicamente jugaron en la Real, los niños de Gipuzkoa sólo sueñan con vestirse un día la camiseta txuri urdin. “El día de mi retirada dije que mi sueño no era ser futbolista, era jugar en la Real” recuerda Prieto para añadir que “parece que la frase gustó y la pusieron en Zubieta”. Entre otras cosas, porque es imposible resumir mejor el sentimiento que supone la Real para cualquiera que empieza a darle patadas a un balón en nuestra provincia.


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