Joe Biden, al rescate del alma estadounidense

Joe Biden, al rescate del alma estadounidense

Con Biden y Kamala Harris, los demócratas han decidido combatir a los seguidores de Trump en las urnas, las calles y la imaginación; regresar al país a lo que era antes, dice el Dr. Abelardo Rodríguez Sumano en esta tercera entrega del monitoreo rumbo a las elecciones presidenciales en EU, un ejercicio académico-periodístico realizado por el Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana y Aristegui Noticias.

Por Abelardo Rodríguez Sumano
@AbelardoRodriz

Joseph Rebinnette Biden Jr. tiene el desafío histórico de regresar el alma a una nación rota. En una época en la que es gobernada por un magnate que ha volcado a su país y el mundo en un incendio y que está orillando al sistema internacional al borde del precipicio, ¿será Biden y las fuerzas que lo acompañan el líder capaz de detener a Donald Trump?, ¿tiene futuro la democracia estadounidense?

Por lo pronto, la nominación a la Presidencia de la República por la Convención Nacional Demócrata formaliza la existencia del más serio contendiente a la Casa Blanca y el líder de un movimiento que buscará enderezar un barco que se hunde. Con 36 años de experiencia en el Senado de la República y ocho años como vicepresidente de Barak Obama, Joe Biden es, sin duda, un candidato serio al más alto cargo en la historia de la República.

A pesar de que no es un héroe de ese país, provenga de universidades Ivy League o cuente con un récord incuestionable en su paso por la vida pública. Biden recupera una serie de atributos que son parte de su seno familiar: la clase media, su formación académica –en historia, ciencia política y leyes– y una vida pública que alcanza casi el medio siglo. Junto con lo anterior, es un tipo consistente y disciplinado aunque en sus mocedades universitarias trastabilló en las aulas; no obstante, la convicción política lo encumbró al Senado de la República apenas con 29 años de edad.

 


 

La familia y la clase media

Joe Biden nació el 20 de noviembre de 1942 en Scranton, Pennsylvania,1 hijo de Catherine Eugenia Finnegan Biden y Joseph Robinette Biden Sr., un vendedor de autos. El líder demócrata es el mayor de cuatro hermanos de una familia de clase media. Ese origen es, a su vez, su bandera política y la marca que lo lleva hacia el futuro y con el que espera encontrarse con el electorado el 3 de noviembre de este año.

El padre de Biden fue un vendedor de autos que buscó oportunidades primero en Pensilvania y después en Delawere, a donde se mudaron cuando Joe tenía apenas 10 años. Sobre esa base, el candidato asegura que cualquiera puede alcanzar el sueño americano. Incluso, salir de la pobreza para moverse al centro político y económico del espectro estadounidense. O bien, desde ahí, aspirar a la clase alta y pudiente. Es una idea y un modelo que lo experimentó con su padre y luego con su familia. Una idea que establece la dinámica de la economía que hace posible la fluidez de líquido y finanzas y moviliza al capital y a la sociedad. Comprar una casa, mandar los niños a la escuela, mantener un seguro de vida y de salud, alcanzar una pensión y asegurar el futuro y la continuidad de la familia.

Biden se puede alzar como el símbolo de la reconstrucción de la sociedad de su país tras ser el operador de la crisis económica en 2008-2009, tarea asignada por Barak Obama desde la Casa Blanca. Desde ahí, incluso abraza los valores de la inclusión de los sectores más progresistas de la sociedad. No obstante, a Biden también lo persiguen cuestionamientos atroces sobre acoso sexual a niñas, adolescentes y mujeres. Antecedentes que nublan sus credenciales y opacan sus posibilidades frente a los movimientos libertarios en Estados Unidos.

 


 

Historia política

Los años 60 del siglo pasado fueron un parteaguas que crecen al amparo de una ruptura generacional para los demócratas y en la historia profunda de la Unión Americana bajo los liderazgos de John F. Kennedy, Robert Kennedy y Martin Luther King Jr. La lucha por los derechos civiles de los afroamericanos buscó cerrar la profunda brecha entre blancos y negros que se presentaron desde la inauguración del gobierno de Estados Unidos en 1791 a la guerra civil de 1862. Existen vasos comunicantes entre Abraham Lincoln y John F. Kennedy para tender puentes con los sueños de Luther King en la búsqueda de la justicia para los ciudadanos de raza negra. Época convulsa y pivote en la historia de ese país porque marcó a la generación posterior. Para Bill Clinton, John F. Kennedy; para Barack Obama, Martin Luther King, y para Biden, ambos. Los años 60 son la bisagra intergeneracional entre el siglo XIX y el siglo XXI, que no logran superar el racismo y la exclusión en la era Trump. Nuevamente esa agenda se encuentra en el corazón de las campañas entre republicanos y demócratas en el 2020.

 

Senado de la República

El segundo poder en materia de política interior y exterior lo representa constitucionalmente el Congreso de la Unión como contrapeso y fiscalizador del poder ejecutivo. El ambicioso y visionario Biden sabía lo que quería y a la edad de 29 años alcanzó un escaño en el Senado de la República. No obstante, la tragedia golpearía a Biden a unos cuantos días de su elección: en un accidente automovilístico, su esposa y su pequeña hija perdieron la vida, mientras que sus hijos Beu y Hunter quedarían severamente lesionados. Biden toma el juramento en el Senado de los Estados Unidos junto a la cama de sus hijos convalecientes y así comenzarían sus travesías diarias de Willmington a Washington por el tren Amtrack.

Por cinco años, como padre soltero, despertaría junto a sus hijos y regresaría a casa por la noche para meterlos a la cama, mientras los kilómetros recorridos en tren se acumulaban. En 1977, contrajo nupcias con Jill Jacobs, una maestra que actualmente cuenta con un doctorado en educación, con quien tendría otra hija2. De esta forma, el candidato demócrata va labrando su biografía y reencauzando su vida en la política de la mano de su nueva familia.

 

Jill Biden

 

El originario de Pennsylvania tuvo la oportunidad de balancear su labor en el senado en dos comités, uno el Judicial y presidió el de Relaciones Exteriores. Justamente, esa tarea lo hizo presidenciable y lo llevó a la vicepresidencia con Barack Obama. Biden inició sus trabajos legislativos en 1972 y obtuvo la reelección en 1978, 1984, 1990, 1996 y 2002; destacan particularmente sus periodos como chairman en los dos comités de los que fue un miembro predominante: de 1987 a 1995 en el Comité Judicial del Senado, y de 2001 a 2003 y 2007-2009 el Comité de Relaciones Exteriores

A lo largo de su trabajo como Senador, Biden se jacta de haber sido pionero en temas que en su momento no estaban en la agenda. En 1990, introdujo una propuesta de ley que pasaría a convertirse en el Acta de la Violencia contra las Mujeres, firmada por Bill Clinton en 1994; pese a lo reciente de la creación de esa ley, fue introducida en un periodo en el que el discurso político en torno al problema lo relegaba exclusivamente al ámbito privado como un problema familiar. También fue el primero en presentar una Ley de Protección Ambiental, mientras que, como chairman del Comité de Relaciones Exteriores, promovió la organización de varias audiencias en torno al cambio climático.

En el Comité de Relaciones Exteriores encabezó a la delegación de Senadores que se reunió con funcionarios en el Kremlin y presentó las condiciones de ratificación del tratado SALT II para reducir el despliegue de armas nucleares tanto de la ex Unión Soviética como en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Por otra parte, confrontó a la Asociación Nacional del Rifle en dos ocasiones; la primera en 1993, logrando asegurar la aprobación del proyecto de Ley Brady para la verificación de antecedentes penales en la adquisición de las armas de fuego. En 1994, defendió la prohibición de armas de asalto y cargadores de gran capacidad, esfuerzo que se detuvo durante la administración Bush3.

En suma, durante ese largo periodo legislativo, Biden visitó más de 50 países representando a Estados Unidos y jugó un rol importante en la configuración de la política exterior de su país en materias como el terrorismo, las armas de destrucción masiva, la Europa post-Guerra Fría, el Medio Oriente y el Sudeste Asiático. Esa experiencia sólo se amplió como vicepresidente.

 

El vicepresidente Biden

Quizá uno de los mejores retratos de su paso por la Oficina Oval han sido hechos por su exjefe el presidente Barack Obama al otorgarle la Medalla de Honor; la distinción más alta a un ciudadano de aquel país. Obama reconoció que nunca se arrepintió de su designación como su compañero de fórmula y que, según él, Biden ha sido el mejor vicepresidente en la historia de la Unión Americana.

Una de las primeras encomiendas presidenciales fue la supervisión e implementación de la Ley de Recuperación Económica, que reconstruyó la arquitectura del sistema financiero internacional y recuperó a Wall Street de la recesión del 2008-09. Iniciativa que catapultó a la administración Obama con Biden como el brazo operador de los esfuerzos titánicos de la administración demócrata4.

También logró junto con Obama la aprobación de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (Obamacare); sin embargo, la administración Trump la ha reducido en 20 millones la cantidad de estadounidenses sin seguro, además de prohibir cobertura a las personas en condiciones preexistentes. En 2011, además, presidió una ceremonia en Irak para darle un término formal a la misión de combate estadounidense en ese país, un hito histórico ya que ese fue el símbolo que le permitió marcar el cierra de la era Bush que había llevado a Estados Unidos a la guerra en el Medio Oriente.

 

Obama consideró a Biden el mejor vicepresidente de la historia.

 

Con la reelección de la fórmula Obama-Biden, se amplió una serie de iniciativas donde el exsenador resultó fundamental. Por ejemplo, volvió a enfrentar a la Asociación Nacional del Rifle tras la masacre en la Primaria Sandy Hooks, dirigiendo el esfuerzo para tomar más de dos docenas de acciones para asegurar a las escuelas y a las comunidades; mejorando el sistema de verificación de antecedentes penales y reduciendo la cantidad de tecnicismos de las armas que pudieran reducir su propagación.

Casi al final de su gestión, en 2015, Joe recibiría otro golpe de la vida: su hijo Beu Biden, quien fuera fiscal general de Delaware y veterano de guerra, perdió la lucha contra el cáncer. Esto marcaría un suceso vital en la carrera política de Joe, pues sería el catalizador para su lucha frontal contra el cáncer; en el último discurso del Estado de la Unión, Obama le pidió a Biden encabezar el esfuerzo para curar el cáncer a través de la Iniciativa Moonshot; esta tendría el objetivo de lograr en cinco años los avances de una década en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

Con esas credenciales, Biden pretende regresar a Estados Unidos a lo que era antes de la era Trump. En su biografía política y a pesar de sus contradicciones, él ha buscado la nominación de su partido sólo en 1988 y en el 2008. En el 2015-16 se abstuvo, ya que la muerte de su hijo lo dejó fuera de combate, época en la que Hillary Clinton no pudo derrotar a Trump. Finalmente, el 21 de agosto del 2020, Biden alcanza un largo sueño, ser nominado masivamente por la Convención Nacional Demócrata como el próximo líder a alcanzar la Casa Blanca y junto con él, líderes de centro izquierda, progresistas, incluyendo, republicanos de antaño que ven en Trump como un peligro a la democracia estadounidense.

 

Con Kamala Harris, candidata a la vicepresidencia

 

Conclusión

Por sí solo, Biden resulta insuficiente para recuperar el alma de Estados Unidos. Sin embargo, es reconocido que a pesar de sus contradicciones es un hombre sensible, ya que ha sido severamente golpeado por pérdidas familiares, lo que le ha permitido estar del lado de iniciativas a favor de la salud. Ciertamente, Trump ha trastocado los cimientos que le dieron forma a la República estadounidense y la gestión de la pandemia ha desnudado los reflejos y límites del actual líder de la Casa Blanca. Quizá solamente, una verdadera movilización orquestada desde los más diversos sectores del espectro estadounidense podrán acompañar a un candidato que estará próximo a cumplir 80 años de edad. Con él y Kamala Harris como candidata a vicepresidenta, los demócratas han decidido combatir a los seguidores de Trump en las urnas, las calles y la imaginación.

Efectivamente, como asegura Tony Payan, “Trump despertó a la bestia” del odio y la confrontación, y la elección presidencial del 3 de noviembre será todo menos, un día de campo.

 

Agradezco a Emiliano Hernández su apoyo en el desarrollo de este material.
www.abelardorodriguez.com

 

1. Joe Biden for President (2020), La historia de Joe, Biden-Harris, https://joebiden.com/es/la-historia-de-joe/
2. Ibidem.
3. Joe Biden for President (2020), “El plan Biden para terminar nuestra epidemia de violencia con armas de fuego”, Biden-Harris, https://joebiden.com/es/el-plan-biden-para-terminar-nuestra-epidemia-de-violencia-con-armas-de-fuego/
4. Op. Cit. La historia de Joe.




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