Jokic - Embiid, un debate tan absurdo como el de Messi y Cristiano

Jokic – Embiid, un debate tan absurdo como el de Messi y Cristiano

Bill Russell – Wilt Chamberlain. Steffi Graf – Monica Seles. Rafa Nadal – Roger Federer. Allyson Felix – Veronica Campbell – Brown. La confrontación de ídolos de una misma época en busca del mejor es la mejor propaganda del deporte. Los propios actores se empujan uno al otro para alcanzar el siguiente nivel y porque permite apasionantes y acalorados debates entre los fans como otro beneficio para el propio deporte. Pero sucede que algunos tienen más sentido que otros.

En la NBA actual hay sobre todo dos frentes abiertos. Por un lado el permanente duelo que libra LeBron James con Michael Jordan por ser distinguido como el mejor de todos los tiempos en una discusión que se volverá más intensa cuando ‘The King’ se despida. Por el otro, el enfrentamiento entre Nikola Jokic y Joel Embiid con el permiso de Giannis Antetokounmpo por ser distinguido como el mejor jugador del momento.

Leo Messi y Cristiano Ronaldo en un Clásico

Propias

El MVP de temporada regular de Embiid sugiere que el debate ya está cerrado. Pero ocurre que la discusión tiene poca base y que, aunque concluida, la música de fondo que sigue haciendo sonar el ‘Joker’ con constantes y sonoras sinfonías en estos playoffs lo mantiene bien vivo. Un debate estéril en términos de designar al mejor como el que un día fue el de Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Como el argentino, los argumentos del serbio no se terminan mientras los de su oponente son limitados.

Jokic tiene dos MVP por uno de Embiid. Y en dos semanas puede tener un anillo que también le falta aún al africano si sus Nuggets ganan a Celtics o Heat, ante su pulso final esta madrugada. Messi tiene más Balones de Oro (7) que Cristiano (5) y un Mundial que no ha ganado el portugués, aunque este ostenta más Champions (5) que su rival generacional (5). Pero, aunque pueda parecer la más objetiva de las medidas, el palmarés en deportes de equipo, con tantos diferentes factores implicados, no debería ser la que defina al mejor.

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Embiid, en un partido de esta temporada ante Jokic

Derik Hamilton / AP

El juego, lo que aportan, las distintas maneras de expresarlo e influir en los demás, de hacer la vida más fácil a sus compañeros, es el más razonable de los criterios. Y bajo este prisma, como ocurre con Cristiano al ponerlo en contraste con Messi, no es sólo que no haya debate, sino que la comparación es injusta para Embiid, un gigante por la historia de superación que ha forjado y lo que es que se queda pequeño al lado del ‘Joker’, no sólo mejor, sino en otra dimensión que jamás alcanzará el referente de los Philadelphia 76ers.

El potente -y a la vez único-, que pueden esgrimir Embiid y sus partidarios -de la misma naturaleza que los defensores de Cristiano en el debate-, es que se erigió en el máximo anotador de la temporada regular y por segundo curso consecutivo, 33 puntos por los ‘sólo’ 24,5 de Jokic, que además redujo su número por punto con respecto al año pasado -27-, algo en lo que mucho tiene que ver Jamal Murray y Michael Porter Jr. hayan estado completamente disponibles y sanos.

Por su parte, Cristiano Ronaldo ha marcado ahora un total de 837 goles en su carrera, no tan lejos Leo Messi, con 806.

Jokic ha producido esta temporada 49 puntos por partido por los 43,8 de Embiid

Como sucede con los goles, el público suele premiar y valorar más el que más puntos mete, que es al final de lo que el juego va. Pero va tanto de producirlos uno mismo como de servirlos, ofrecer vías a los demás para hacerlo, y si se tiene en cuenta los puntos generados por uno y otro, Jokic ya sale ganando sin apenas haber hecho puesto sobre la mesa ninguno de los otros argumentos.

El astro de los Nuggets, con 9,8 pases de canasta por partido, ha producido este curso hasta 24,5 puntos por encuentro, cuarto en la clasificación sólo por detrás de James Harden (27,6), Tyrese Haliburton (27,4) y Trae Young (24,5) y estamos hablando de bases en estos tres casos. Joel Embiid, por debajo del puesto 70, sólo 10,8. La suma entre puntos anotados y producidos a través de asistencia dan un resultado de 49 de Jokic por 43,8 por Embiid. Sin mencionar que el pívot de ‘Philly’ acumula casi tantas asistencias como pérdidas (4,2 – 3,4) mientras que el margen en el caso del de Denver es mucho más amplio (9,8 – 3,6).

Jokic, como Messi, puede ser el tipo de jugador que quiera

Jokic no es un anotador masivo o no por lo menos del mismo modo de Embiid. Pero, si quiere y como ha demostrado en estos playoffs, no sólo puede puede serlo sino que el mejor, con los 53 puntos del Game 4 ante los Phoenix Suns como paradigma. De la misma manera que Messi no es un goleador puro pero puede ejercer como tal como ha demostrado más de una vez en su legendaria trayectoria, suyo el récord de goles en una misma campaña en Liga -50 en la 11/12-, y cuando compartía rivalidad en el mismo campeonato con CR7, con 48 como plusmarca en la 14/15.

Y lo mismo sucede con el argentino y el portugués en sus carreras, más goles creados el ex azulgrana gracias a su mayor número de asistencias -357 para totalizar 1.163 tantos-, mientras que el ex madridista se queda en 236 pases de gol y un balance final de 1.073 goles.



Joel Embiid y Cristiano Ronaldo son anotadores descomunales como virtud muy por encima de los demás. Nikola Jokic y Leo Messi pueden ser lo que quieran, goleador o anotador o asistente, base o centrocampista, omnipresentes y capaces de controlar el dónde, el cuándo y el cuánto. Cuando Embiid recibe en la cabecera sólo hay que vigilar el aro. Cuando lo hace Jokic, hay que mirar hacia el aro, hacia la derecha, hacia la izquierda, atrás. Hacia cualquier parte. No es sólo controlar su cuerpo, sino intentar meterse en su cabeza para trata de adivinar qué pase va a trazar.

Pero mientras en la temporada regular Embiid todavía puede exponer el argumento de la anotación, en los playoffs se queda vacío.

Lo que se juzga para entregar el MVP es el desempeño durante la fase regular pero lo que define al final una carrera de un jugador de baloncesto y cualquier deportista es lo que fueron en los momentos de la verdad, si la presión les suponía angustia o alimento.

El desplome de Joel Embiid en los playoffs

En pleno ‘prime’ a sus 29 años, tan cierto es que a Joel Embiid todavía le queda tiempo como que tantos fracasos colectivos en playoffs pero con una gran responsabilidad individual le han desacreditado como estrella de pleno derecho, odiosas también las comparaciones con Jokic, de 28 años, el que se crece en la postemporada mientras el de los Sixers se derrumba. Por mucho que cada año añada habilidades a su juego con su encomiable ética de trabajo.

El camerunés ha sido una estrella todos estos años pero sólo de temporada regular y ha extrapolado su limitación crónica también en su campaña de MVP, el Mejor Jugador pero sólo durante la fase regular.

El endurecimiento de las defensas en playoffs, así como el despliegue de distintas alternativas tácticas y los ajustes con el transcurso de las series, justifican un descenso de las estadísticas individuales. Pero el de Embiid es demasiado, y hasta los números con los que todavía se podría comparar a Jokic en temporada regular -los de anotación-, le hunden en la fase por el título entre la caída abrupta de uno y el colosal ascenso del otro.



El pívot de ‘Philly’ ha pasado de promediar 33 puntos, 10,2 rebotes y 4,2 asistencias, un 54,8% en tiros de campo y un 33% en triples a 23,7 tantos, 9,8 capturas y 2,7 pases de canasta, un 43% en lanzamientos y un pírrico 18% desde el perímetro, con suspenso en la dirección, más pérdidas (4) que asistencias (2,7). Por su parte, las cifras del ‘Joker’ no sólo no han retrocedido ni una pizca, sino que han prosperado, de 24,5 puntos, 11,8 rebotes, 9,8 asistencias, un 63% en tiros de campo y un 38% en triples a 30 tantos, 13,3 capturas y 10,3 pases de canasta, un 53,8% en lanzamientos y un espectacular 47% desde el perímetro.

Sólo ha bajado el acierto en tiros, pero hay que precisar que toma más (21) que durante la fase regular (15). Pero, para ‘compensarlo’, ha incrementado de manera significativa su amenaza exterior con más intentos -3,8 ante 2,2-. E incluso, en lo que es una cifra más impactante aún, ha reducido un poco su ratio de pérdidas de 3,6 a 3,5 repartiendo varias asistencias más. Y a su favor hay que añadir que la muestra de partidos es mayor (15), que la de Joel Embiid.

El africano es claramente inferior a Jokic como Cristiano Ronaldo con respecto a Leo Messi, pero, en cualquier caso, no se puede comparar la incuestionable competitividad del luso cuando su equipo se ha jugado las habichuelas con el blando y tímido carácter de Embiid, lo que hace que el debate entre los dos pívots sea todavía más absurdo que el que se ha pretendido entre los dos futbolistas.

Playoffs 2023

Nikola Jokic – Joel Embiid

1

Jokic: 30 pt, 13,3 reb, 10,3 ast, 53,8 %FG, 47 %3P

2

Embiid: 23,7 pt, 9,8 reb, 2,7 ast, 43 %FG, 18 %3P 

Para ser justo con el interior de los Sixers, no ha habido playoffs en los que no haya competido lesionado desde 2018 a excepción de los de 2020. Pero en ello algo tiene que ver también su físico estilo de juego, siempre al límite, así como la debilidad que huelen sus rivales para ir duros al contacto, conscientes de sus limitaciones como jugador más allá de su rol anotador y como competidor en los playoffs.

“Todos y cada uno de los días trabajamos los 2×1 con Joel”, advirtió el ya ex entrenador de los Sixers, Doc Rivers, durante el transcurso de las Semifinales de Conferencia contra los Boston Celtics. El problema es que con la visión de juego se nace o no se nace y la genética no ha concedido esa virtud a Embiid, que si bien ha mejorado en ese aspecto durante la temporada regular sigue sufriendo en los playoffs ante esos 2×1.



Los adversarios saben que por ahí le pueden hacer daño y los Brooklyn Nets, pese al 4-0 encajado, le dejaron muy castigado físicamente con la dureza de sus ‘traps’ y salió de la serie con un esguince de rodilla. Sin embargo, Embiid, que acabó jugando 6 de los 7 encuentros de la eliminatoria contra los Celtics tras recuperarse, nunca puso esa lesión como excusa tras la derrota y su paupérrima actuación del Game 7 ante Boston, donde confirmó el tipo de jugador en el que involuciona en playoffs.

Su miedo a tirar ante Al Horford -con la visible y llamativa reprimenda de P.J. Tucker incluida en el Game 5-, fue la significativa imagen de su enésimo infame desempeño en la postemporada, sellada con una infausta actuación de 15 puntos en el Game 7 con un 5/18 en tiros de campo y más pérdidas (4) que asistencias (2,7) cuando en el último choque de campaña regular ante Boston se había disparado hasta los 52 tantos. Los extremos que definen el Embiid entre octubre y abril y el que se manifiesta una vez bien entrado abril.

Y no hay que olvidar que Embiid se sirvió de una potente campaña mediática a su favor para obtener el MVP aunque, por mucho que se intente imponer una narrativa, esta jamás podrá desmontar la realidad. En respuesta a pregunta de MD, el entrenador de los Denver Nuggets, Michael Malone, denunció que la campaña del MVP “se había vuelto realmente oscura y ahí lo dejo”.

No le faltaba razón a Malone, quien en estos playoffs se ha seguido quejando de la poca repercusión mediática de los Nuggets pese a la temporada que están firmando, un parecer que reina también en Denver como franquicia.

Pese a que Jokic siga siendo el mejor jugador de la NBA como el más influyente que es, ha habido un creciente interés en evitar entregar el tercer MVP seguido al serbio por cambiar el ganador. Un interés claramente reflejado en la votación final del galardón -en la que participan 100 periodistas-, con el serbio sólo recibiendo 15 sufragios en primer lugar por los 73 de Joel Embiid, con muchos más puntos en el total (915) que el ‘Joker’ (674).

Sin poner en cuestión el prestigio mundial de la ESPN, referencia informativa y de cómo hacer periodismo también para nosotros -ni del especialista que lo escribió-, el medio estadounidense publicó un artículo devastador escrito por Kirk Goldsberry sobre la debilidad defensiva de Nikola Jokic a finales de marzo, en pleno sprint final por el MVP. Tan cierto es que el análisis era excelente y bien argumentado como que ningún gran medio hizo un desglose tan profundo de las carencias de Joel Embiid como creador de juego. Y que Jokic ha demostrado con sus tapones a Anthony Davis que está infravalorado como defensor. 

Sin insinuar ninguna teoría de la conspiración, a Embiid también le ayudó mucho que ese mismo día ‘The Athletic’ publicara una entrevista suya con un potente altavoz como lo es Shams Charania. En ella, el camerunés se quedó a gusto, lamentando que no hubiera ganado todavía el MVP cuando lo había merecido en las dos temporadas anteriores y que fuera “un chico que no cayera tan bien” como Nikola Jokic, considerado mejor por mitos como Shaquille O’Neal y Charles Barkley pese a haber perdido su reinado en el trofeo individual más preciado.



El reivindicativo y al mismo tiempo victimista discurso de Joel Embiid recuerda en cierto modo al que en su época mantuvo Cristiano Ronaldo autoproclamándose como el mejor cuando más de moda estuvo su debate con Leo Messi. Un convencido y egocéntrico discurso como fachada para enmascarar la debilidad de no querer aceptar la realidad, palabras y más palabras altisonantes para negar y silenciar la verdad que duele, la de que, basada en evidencias y no gustos, el debate es absurdo. Si es que alguna vez lo hubo.




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