La tarde dominical del Alavés en el campo del Valencia será especial para Jony
Rodríguez. El escurridizo y habilidoso extremo izquierdo ingresará en el club de jugadores con cien partidos disputados en la máxima categoría. Saltará a Mestalla con una motivación especial y el deseo de que una buena actuación suya sirva al Alavés para profanar el estadio che y sumar tres puntos que mantengan vivo hasta la jornada final la ilusión de obtener un pasaporte europeo a los babazorros. Podría ser la guinda para un futbolista que ha vuelto a disfrutar de su profesión este curso en Gasteiz, ha renacido y para el resto del planeta fútbol se ha destapado como un jugador de enormes posibilidades con esa verticalidad en el costado izquierdo del ataque.
Jony ha explotado este curso como albiazul y confirmando las buenas sensaciones que ofreció en su etapa en el Sporting de Gijón. Es la albiazul la tercera zamarra de Primera que viste el asturiano tras lucir también la del Sporting y la del Málaga, en su etapa menos afortunada y productiva. En estos 99
partidos disputados, 35 los ha jugado en Gasteiz, 29 en sus dos cursos en Málaga y los restantes en sus años en Gijón. Allí llamó la atención del equipo costasoleño, que acometió su fichaje. Sin embargo no logró adaptarse ni asimilar el cambio de coordenadas y sufrió el descenso a Segunda. El año pasado, no le importó volver a la categoría de plata para enrolarse de nuevo en su apreciado Sporting y volver a disfrutar del fútbol. Esos meses le sirvieron para sacar su mejor esencia de futbolista y pensar en regresar al primer plano.
Hasta en nueve ocasiones de sus botas ha salido un balón que los compañeros han enviado a las mallas
La
llamada
de
Abelardo
El verano pasado se planteó de nuevo pisar el jardín del primer escalón del fútbol. La meticulosidad de su contrato contemplaba una serie de cláusulas en las que el Málaga le tenía que ceder a un conjunto de LaLiga
Santander en caso de no estar los andaluces en esa categoría. Quiso la fortuna que Abelardo rememorara sus tiempos de Gijón donde tuvo a sus órdenes durante dos años y medio al prometedor jugador. El Pitu descolgó el teléfono y una llamada suya fue el argumento empleado para convencer al jugador y reclutarle para su proyecto en Gasteiz. Conocedor como nadie del interior de Cangas de Narcea, a los 27
años, ha sabido extraerle lo mejor de su juego para ser el referente ofensivo del Alavés esta campaña. Titular indiscutible, salvo en dos semanas que estuvo lesionado con un esguince de tobillo, de sus botas han nacido un elevado porcentaje de las acciones ofensivas. Nada mejor que echar un vistazo a sus estadísticas para certificar la facilidad y generosidad a la hora de repartir pases de gol. Hasta en nueve ocasiones de sus botas ha salido un balón que los compañeros han enviado a las mallas. Además ha afinado su puntería y, los cinco goles marcados, le sitúan como segundo máximo goleador del Alavés, únicamente superado por Calleri y empatado con Borja
Bastón.
El asturiano tendrá que regresar a Málaga el terminar la cesión de una temporada acordada con el Alavés
Una
pieza
codiciada
Su gran temporada en Gasteiz no ha pasado desapercibida para los directores deportivos del resto de equipos para apuntar en sus agendas en la configuración de nuevas plantillas. El asturiano tendrá que regresar a Málaga el terminar la cesión de una temporada acordada con el Alavés. Sin embargo, se abren toda una serie de incógnitas respecto a cuál será su siguiente destino. Además de tener cláusulas que le obligan a salir cedido a un equipo de Primera
División, si el Málaga no milita en la máxima categoría, posee también otra condición por la que queda liberado.
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