Noche amarga para los Phoenix Suns, que jamás hubieran imaginado su situación actual en la primera ronda de playoffs. El mejor equipo de la temporada tuvo una actuación para olvidar en Nueva Orleans y vio como los Pelicans les empataban la eliminatoria (2-2) con un festival defensivo de José Alvarado, un novato no procedente del Draft de la NBA.
El jugador estadounidense de 24 años, de origen puertorriqueño y mexicano, logró meterse en la cabeza de Chris Paul y desestabilizar con su férrea y molesta defensa el centro de operaciones del conjunto de Arizona. Con este robo a falta 2:40 minutos para la conclusión, terminó de fastidiar la mala noche del base de los Suns:
“Me hizo señas la última vez que lo intenté, pero le pillé. Era una cosa que quería hacer, le tenía en mi lista y lo conseguí”, explicó Alvarado en la rueda de prensa postpartido. Las gradas de Nueva Orleans también estallaron ante la jugada, cantando “¡José, José!” al estilo futbolero del “¡oé, oé!” a todo volumen. Después del partido, Willie Green, entrenador de los Pelicans, elogió a su pupilo a pesar de que la estadística no reflejó la dimensión de su actuación:
“Entró al partido y le dio un vuelco siendo agresivo en defensa. Es un jugador que frustra a los rivales. Tenemos que jugar así de duro cada vez que pisamos la cancha”.
Alvarado, gracias a un magnífico rendimiento en su primera temporada, logró convertir un contrato dual entre la G-League y la NBA en una ficha estándar por valor de 6,5 millones de dólares en cuatro años. Su actuación de anoche puso en valor la decisión de retenerle por parte de los Pelicans, que no hubieran podido contar con él en los playoffs sin mejorarle el contrato.
Al otro lado de esta historia, Chris Paul terminó frustrado y enfadado en uno de sus peores partidos que se le recuerdan en unos playoffs. Sin Devin Booker, lesionado de gravedad, la estrella de Phoenix no estuvo a la altura y terminó con 11 asistencias y poco más. Sus números incluyeron cuatro de sus mínimos estadísticos de postemporada: 4 puntos, un 25% de acierto en tiros de campo, un 0% en triples y ningún tiro libre lanzado. El base cometió 3 pérdidas, y una de ellas fue bien curiosa. Alvarado le achuchó tanto que provocó que CP3 cometiera una falta de 8 segundos sin poder pasar su propio campo.
La última, el robo por detrás del que se jactó en el primer partido con aspavientos Paul, resultó especialmente demoledora ante el show de Alvarado, uno de los tipos de moda en Nueva Orleans.