José Luis González feliz en su retirada pese a hacerlo "en mejor momento"


El árbitro ponferradino José Luis González González ponía este fin de semana en el Sánchez Pizjuán epílogo a una larga carrera en el arbitraje con más de 400 partidos, más de la mitad en Primera División con “felicidad por haber llegado a la meta”, aunque con “cierta pena por hacerlo en el mejor momento de madurez”, señala en entrevista a Efe.



Han sido más de tres décadas desde que cumplidos los 13 años entrara en el mundo del arbitraje, donde coincidió con su hermano que no tuvo el recorrido de él que alcanzó la Segunda División en la temporada 2003-04 para un 29 de agosto de 2009 debutar en un Real Zaragoza-Sevilla “que lo tengo en la memoria como si fuera ayer”, recuerda.

Desde entonces once temporadas en la elite del arbitraje donde dice haber encontrado “el máximo respeto” y la “satisfacción de haber desarrollado, en general, una labor de la que sentirse orgulloso”.

Curiosamente en su despedida, en esta inédita temporada marcada por el parón del coronavirus, pudo hacerlo desde el terreno de juego, algo que no siempre estuvo claro dadas las circunstancias sanitarias.

Pero lo hizo en un Sevilla-Valencia (1-0, como en su debut en Primera) donde sintió “felicidad, por haber llegado en plenitud física y de nivel arbitral, al haber experimentado, según mi punto de vista, una curva ascendente hasta el último día donde he disfrutado y podido llegar más completo y maduro en todos los aspectos”, relata.



De hecho, reconoce que el arbitraje le ha ido acompañando en su propia trayectoria vital, formándose en los estudios, para posteriormente aprobar la Oposición como Policía Nacional, ocupación que compatibilizó hasta que las obligaciones arbitrales y también familiares se lo impidieron.

La única temporada la ha “saboreado especialmente, sin tristeza, sino disfrutando cada momento, porque cada fin de semana ha sido fantástico por la complicidad con los compañeros, Rubén y Diego que luego se trasladaba al terreno de juego”.

El hecho de que tenga ya enfocado su futuro hacia el videoarbitraje (VAR) en el que ha participado activamente desde su implantación, hace que esta despedida “haya sido más llevadera porque no ha sido, como en otras épocas, el poner fin a una larga etapa de un día para otro, sino que será una evolución”.

José Luis González es un acérrimo defensor de la implantación de esta herramienta de ayuda al colegiado “donde se puede aportar desde fuera los conocimentos y experiencia adquiridas para ayudar y complementar la labor del compañero para que se enriquezca, en la medida de lo posible”.

Por ello ve “una enorme ayuda y acierto” esta controvertida medida de revisión arbitral “porque las decisiones no siempre son blancas o negras, también hay grisis y eso es lo que debe de aceptarse, que también hay que tener en cuenta la interpretación y por ello surge la polémica que será consustancial, aunque se irá normalizando con el tiempo”, pronostica.

Su nuevo cometido le supone, según señala “que se acelere más incluso el corazón en la silla del VOR que en el terreno de juego, pero si alguien pensaba que con su implantación se eliminarían los errores que se lo quite de la cabeza, porque solo quitará aquellos evidentes e indiscutibles y habrá decisiones interpretables”.

González González ha vivido, como toda la sociedad, la aplicación de las nuevas medidas preventivas contra la Covid-19 que ha llevado “con naturalidad, aunque está claro que, como en la vida diaria, se necesita una adaptación, pero las directrices han sido claras y se han seguido a rajatabla”.

Entre las novedades introducidas por el protocolo también ha estado la disputa de los partidos a puerta cerrada que, según el colegiado berciano, “han supuesto que se viera un ritmo de partidos diferente, quizá más relajado, sin tanta presión, pero a los colegiados más que condicionar, ha ayudado, pero sin influir”.

De cara al futuro también se encuentra mejorar su formación, enfocada a la gestión deportiva, aunque se haya apartado un tanto de la labor formativa que ha desarrollado antaño, echando de menos en el mundo arbitral de Castilla y León épocas pasadas en las que se contaba con mayor número de árbitros en las máximas categorías.


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