Julián Álvarez antes le pedía fotos a Messi y ahora le hace feliz

Julián Álvarez antes le pedía fotos a Messi y ahora le hace feliz

La nueva joya de Argentina, que le quitó el puesto a Lautaro Martínez y va por más, es un adorador de Leo Messi, con una historia de humildad y buenos gestos, siempre elevado por sus entrenadores, desde Marcelo Gallardo a Pep Guardiola. Se probó en Boca y en el Real Madrid. Quedó en River. A su primer entrenador le regaló una camioneta.

Es Julián Álvarez como su rostro. Es puro como su mirada. Es bueno como su sonrisa. Se merece los sueños que desde hace un tiempo viene cumpliendo: la explosión en River, la venta millonaria al Manchester City, los elogios de Pep Guardiola y ahora el protagonismo en su primer Mundial con un gol en su titularidad número uno. No era mentira cuando desde la intimidad albiceleste, un par de días antes del inicio de la aventura qatarí, aseguraban: “Scaloni lo ve muy bien a Julián. Tiene muchas ganas de meterlo de arranque. Ojo, eh”…

A los once años, en un video grabado en su pueblo cordobés llamado Calchín, Julián Álvarez ya había dicho: “Quiero jugar un Mundial; mi ídolo es Messi”. Se desvivía por pedirle fotos a Leo cuando era pequeño. Y las conseguía. Ahora Julián hace feliz al 10, al capitán, cuando la clava en el ángulo contra Polonia y asegura la clasificación.

Horizonte de crack

Le dicen Araña. Ya se le dibujaba el horizonte de crack. Los cazatalentos lo habían señalado. Entonces, empezaron a surgir las pruebas. Primero, una en el Real Madrid, con 11 años: fueron 5 partidos y 2 goles. El problema era que solo aceptaban chicos mayores de 13. Por eso no se quedó. También lo vieron en acción en Argentinos y Boca, aunque de nuevo sin el ok final.

Hasta que apareció River, el flechazo. A los 16 años se alojó en la pensión millonaria. Nacía una historia hermosa. Gallardo administró a la perfección sus tiempos, hasta darle el espacio en el momento justo. Primero esperó tras Rafael Santos Borré. Cuando el colombiano fue transferido, se movió unos partidos recostado a la derecha, hasta que el Muñeco lo ubicó de 9 y vino esa seguidilla impactante de goles.

El Manchester City fue el que no dudó y puso sobre la mesa 21.500.000 euros. Y se fue a ser entrenado por Guardiola, ese técnico que enseguida lo acarició con palabras mucho más de una vez aunque lo haga esperar bastante detrás de Haaland.

Al primer técnico que tuvo en su pueblo, Rafael Varas, sabiendo de sus necesidades, cuando ya estaba consolidado en River, el goleador lo sorprendió un día visitándolo y regalándole una camioneta: su primer DT desde siempre además fue repartidor. Sí, Julián Alvarez merece esta dulce realidad.




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