“Juro que me daba miedo entrenar con Bielsa”

La experiencia de Marcelo Bielsa en México ha dejado innumerables momentos para el recuerdo, cuando no para las anécdotas. Jared Borgetti histórico goleador mexicano, sabe de muchas de esas vivencias con el exentrenador del Athletic, con el que debutó como profesional. “El ex delantero de Atlas dio sus primeros pasos en el fútbol profesional de la mano del Loco, que lo dirigió entre 1992 y 1994. Luego de su exitoso debut como entrenador en Newell’s en 1990, el argentino tuvo su primera experiencia en el exterior en el equipo mexicano”, publica infobae.com, que se hace eco de una entrevista por Instagram con Emiliano Nunia en ‘Soy Deportes’.

“Siento un privilegio muy grande que Bielsa me haya hecho debutar, porque me enseñó no solamente a disfrutar el fútbol, sino también a verlo con otros ojos. Me enseñó a analizarlo y a entender por qué un equipo puede ser mejor que otro”, dijo Borgetti, que habló de las peculiaridades de Marcelo.

Siento un privilegio muy grande que Bielsa me haya hecho debutar, porque me enseñó no solamente a disfrutar el fútbol, sino también a verlo con otros ojos

“Recuerdo que en esa primera etapa en Atlas Bielsa nos entregaba videos de partidos de fútbol en VHS para que nosotros después en unas hojitas de canchas de fútbol pongamos las alineaciones y los movimientos que hacían los jugadores y todas las cuestiones tácticas. ¡Nos hacía explicar todo! Eso me ayudó mucho a ver mejor el fútbol”, afirmó. “A mí me hizo debutar cuando menos lo esperaba, porque había jugadores que tenían mayor experiencia que yo. Estoy seguro que ni él se imaginó lo que después pude ser como futbolista”, reconoció.

Muy exigente

“Llegar a Primera y que mi primer DT haya sido Bielsa, con todas sus exigencias… Juro que me daba miedo entrenar con él, porque lo que exigía, para un joven era muy duro y nunca lo dejabas conforme. Era complicado porque no sabías si lo estabas haciendo bien o qué estaba haciendo mal. Por ahí hacías todo bien y en una que te equivocabas parecía que habías hecho todo mal. Uno tiene que aprender a saber callarse, mejor dicho saber qué momento debe hablar. No siempre tenés que responder ante un cuestionamiento”, reconoció.

Era complicado porque no sabías si lo estabas haciendo bien o qué estaba haciendo mal

Uno de los momentos más graciosos de la entrevista se da cuando da a conocer una anécdota. “Hay una que nos pasó en Atlas. Yo había quedado afuera del banco de suplente y ví el partido desde la tribuna. Era partido de vuelta de cuartos de final y resulta que a Bielsa lo expulsaron durante el partido. Era un estadio pequeño y el lugar que le tocaba era arriba, un lugar difícil de ver y sin mucho espacio”, relata.

“Entonces en vez de irse ahí, se fue del estadio y se puso a caminar alrededor de la cancha, cuando el partido todavía se estaba disputando. En lugar de seguir de cerca lo que pasaba en el juego, empezó a dar vueltas sin parar por las afueras del estadio. Tenía cosas un poco inusuales. Yo llegué a la conclusión que él disfruta más los entrenamientos que los partidos. A él le fascina entrenar y preparar jugadas”, añade .

En otros momentos llegaba con la espuma de afeitar en sus orificios nasales u orejas, pero porque siempre quería estar afeitado. Recuerdo una vez que llegó con un “calcetín” de un color y el otro de otro color

En cuanto a su aspecto personal también hay cosas que contar “Recuerdo que llegaba a los entrenamientos con todos los pelos parados y despeinado. El aspecto a él no le vale. Y resulta que al día siguiente, aparecía rapado y pelado. Le preguntamos: ‘¿qué le pasó profe?’. ‘Nada, me cansé’, respondía. O en otros momentos llegaba con la espuma de afeitar en sus orificios nasales u orejas, pero porque siempre quería estar afeitado. Recuerdo una vez que llegó con un “calcetín” de un color y el otro de otro color”, recuerda.

Bronca con Bonini

Por su peculiar forma de ser no era de extrañar que a veces chocara con su entorno. “El
profe Bonini era una gran persona. Era el intermediario entre Bielsa y nosotros los jugadores. Estuvo solamente un año porque no lo aguantó a Bielsa. Uff, no te imaginas esos pleitos. Bonini le decía: ‘Marcelo se terminó el entrenamiento. Llevamos 1 hora y media y los jugadores ya no pueden más’. Y Bielsa le decía que no, que le faltaban tareas que hacer”, rebobina.

Eran las 2 de la mañana y Bielsa lo llamaba a Bonini diciéndole lo que iban a entrenar…

“Eran las 2 de la mañana y Bielsa lo llamaba a Bonini diciéndole lo que iban a entrenar… Un día antes de los partidos hacíamos balón parado y el que lo hacía terminaba con hielo en los aductores, por la cantidad de repeticiones. Muchas veces llegábamos cansados a los partidos por los intensos que eran los entrenamientos”, destaca.


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