K2-18b, el primer exoplaneta rocoso con agua en su atmósfera

K2-18b es un exoplaneta rocoso muy particular, con muchos detalles que desvelaremos a continuación y, desde hace poco, a expensas de que se confirme definitivamente, y según ha publicado la prestigiosa revista científica Nature, es el primer mundo rocoso que dispone de agua en su atmósfera. ¿Será habitable?

Decir que un mundo como este es habitable es aventurar mucho. El hecho de que tenga agua en su atmósfera es interesante, ya que es el primero de su especie que se localiza. Ahora bien, eso no significa ni que sea habitable, ni que tenga vida.

Cómo es K2-18b, el primer exoplaneta descubierto con agua en su atmósfera

Veamos qué condicionantes tiene este mundo para saber si puede ser habitable o no. Lo primero que hemos de observar es que orbita una estrella enana roja a unos 111 años luz de la Tierra, es decir, que llegar a él es para nosotros imposible a día de hoy.

K2-18b es una supertierra rocosa con unas ocho veces la masa de la Tierra que supera por más del doble el radio de nuestro mundo. Aun así, tiene una superficie sobre la que pisar y está ubicada en la zona habitable de su estrella.

Ahora bien, las estrellas enanas rojas son más pequeñas y frías que las medianas amarillas como nuestro Sol. ¿Qué quiere decir esto? Que la zona habitable se sitúa muy cerca de la estrella, por lo que es probable que, por el efecto de marea, estén anclados y el planeta siempre dé la misma cara a su sol. O sea, tendría una cara abrasada de calor y otra oscura siempre congelada.

Se dice que, de haber vida, podría estar en una franja entre la cara oscura y la iluminada. También que podría tener una densa atmósfera que protegiese a sus habitantes, aunque podría provocar una gran presión incompatible con la vida.

Sea como fuere, el agua es un elemento que se encuentra con bastante facilidad en el universo. Aun así, observarla en la atmósfera de un exoplaneta rocoso con posibilidades de ser habitable es un gran paso para nuestro descubrimiento de los planetas que, quizás algún día, podrían ser objeto de exploración humana.

Este nuevo hallazgo se lo debemos a un equipo del University College de Londres que lidera Angelos Tsiaras. Con las imágenes recogidas por el telescopio Hubble, han demostrado que, a no ser que las llamaradas de la estrella hayan arrasado con todo, y no debe ser así, pues hubieran terminado con el agua de la atmósfera, K2-18b será un exoplaneta que hará las delicias de miles de astrónomos en los próximos años para ver qué está pasando allí.


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