Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, apagó las alarmas que se habían encendido en el equipo red respecto al estado de Mohamed Salah y Virgil Van Dijk, que tuvieron que ser sustituidos por problemas físicos durante la final de la FA Cup contra el Chelsea que se llevó el Liverpool en los penaltis.
Todo apunta a que ni el egipcio ni el neerlandés tendrán problemas para estar a pleno rendimiento en la final de la Champions contra el Real Madrid el próximo 28 de mayo en París. “Ambos están realmente bien, no es gran cosa”, tranquilizó el entrenador alemán tras el partido.
La preocupación había sido máxima con Salah, que pasada la media hora de partido se echó al suelo llevándose la mano a la ingle y fue sustituido por Diogo Jota. Van Dijk, por su parte, fue cambiado justo antes de que empezara la prórroga por algún percance físico sin mayor importancia.