Kovacic, un secundario fuera de sitio


Mateo Kovacic ya es historia (en minúsculas) del Real Madrid. El centrocampista croata de 25 años se ha desvinculado del club blanco tras tres temporadas en el Santiago Bernabéu y una última a préstamo en el Chelsea, que ha pagado unos 45 millones para quedárselo en propiedad.

Kovacic aterrizó en 2015 en el Madrid a petición de Rafa Benítez procedente del Inter por 30 millones de euros. Con 21 años, estaba llamado a ser uno de los centrocampistas más dominantes del continente en un futuro próximo.

Dotado de un físico potente, con llegada, gol, conducción y sacrificio defensivo, las comparaciones (odiosas e inverosímiles) con su compatriota Modric no tardaron en aparecer. Obligado a luchar por un puesto en el once en una plantilla plagada de centrocampistas de primer nivel, Kovacic nunca encadenó titularidades pero fue uno de los suplentes a los que más recurrió Zinedine Zidane. El croata fue parte del llamado Plan B, aquella fórmula de titulares y suplentes que propició la conquista del doblete Liga/Champions.

En el Bernabéu jugó 34 partidos en su primera temporada, 39 en la segunda y 36 en la tercera. En 109 partidos, solo marcó 3 goles y repartió 8 asistencias, cifras bastante discretas.

Su desorden táctico y sus lagunas de concentración en la toma de decisiones, que nunca corrigió, unido a un estancamiento de sus virtudes, le relegaron a un papel siempre secundario salvo contadas excepciones. Integrante del Madrid de las tres Champions seguidas, Kovacic no disputó ni un solo minuto en ninguna de las finales. Esa circunstancia le molestó le convenció de la necesidad de cambiar de aires para tener más protagonismo.

El ‘anti Messi’ que hizo aguas

Su mejor momento como jugador del Madrid llegaría en la Supercopa de España de 2017 contra el Barcelona. Fue titular en ambos partidos en la posición de pivote y su trabajo para secar a Messi le valió el aplauso unánime del madridismo, que pareció advertir en sus cualidades el antídoto ideal contra el ogro argentino.

A pesar de sus grandes actuaciones, la recuperación de Casemiro y el cuajo de Kroos y Modric siempre le barraron las puertas del once de manera asidua. Sin embargo, en el Clásico de Liga contra el Barça de diciembre de 2017, Zidane optó por volver poner a Kovacic para que fuera la sombra de Messi.

Sin embargo, la receta saltaría por los aires en la acción del 0-1. Kovacic, obsesionado con perseguir al 10, hizo caso omiso a una conducción de Rakitic y le dejó un pasillo libre kilométrico que propiciaría el inicio de la debacle blanca.

Desde entonces, el 23 blanco volvió a alternar titulares y suplencias, hasta que, por sorpresa, fue de la partida en la vuelta de semifinales contra el Bayern en el Bernabéu en detrimento de Casemiro. La apuesta casi le sale muy cara al Madrid, pues resistió como pudo el asedio final de un Bayern volcado.

La final de Kiev la volvió a ver desde el banquillo y decidió hacer las maletas en busca de más protagonismo. Kovacic se va del Madrid por la puerta de atrás.


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